martes, 4 de abril de 2017

O “CRISTO DAS TRINCHEIRAS”

Tomado de REVISTA NÓS (Brasil). Traducción nuestra
 
El Cristo de las Trincheras, en el Monasterio de Batalha (Portugal).
 
Durante la Gran Guerra europea, el sector portugués de Flandes, sito entre las localidades de Lacouture y Neuve-Chapelle, se encontraba un artístico crucero con un Cristo fijado en una cruz de madera que dominaba el paisaje de la llanura circundante.
 
La imagen de este Cristo no era de factura portuguesa, desde luego, pero se encontraba en la zona defendida por el Cuerpo Expedicionario Portugués durante la ofensiva alemana que casi destruyó la 2ª División de Infantería. El día 9 de Abril de 1918, sobre aquella planicie cayó una tempestad de fuego de artillería, durante horas interminables, que la metralló, incendió y revolvió. Era la ofensiva de la Primavera de 1918 del ejército alemán. La población de Neuve-Chapelle casi desapareció del mapa, de lo transformada en escombros. El área quedó llena de cadáveres, y entre estos yacían 7.500 portugueses de la 2ª División del CEP muertos o agonizantes.
 
Al final de la lucha apenas el Cristo se mantenía de pie, pero también mutilado. La batalla le cortó las piernas y el brazo derecho, y una bala le atravesó el pecho. Mas, en medio del caos, fue recuperado por los militares que consiguieron reagruparse y regresar a las líneas aliadas.
 
Es casi inimaginable que, bajo las ráfagas de artillería alemanas, que diezmaron gran parte del contingente portugués, la opción de algunos militares fuese la de traer consigo la imagen de Cristo, severamente damnificada, y la colocaran en un lugar seguro donde pudiese ser nuevamente venerada. En 1958 el Gobierno Portugués mostró al Gobierno Francés el deseo de tener aquel Cristo mutilado que pasó a ser un símbolo de la Fe y el Patriotismo nacional, llegando a llamarse el “Cristo de las Trincheras”.
 
La imagen llegó a Lisboa por vía aérea el 4 de Abril de 1958, Viernes Santo ese año. Estuvo expuesto a la veneración en la capilla del edificio de la Escuela del Ejército (actual Academia Militar) hasta el 8 de Abril, cuando fue conducida al Monasterio de Batalha y colocada el 9 de Abril en la cabecera del monumento al Soldado Desconocido, en la Sala Capitular. La imagen fue acompañada desde Francia por una delegacion de veteranos portugueses residentes en Francia, y por una delegación de diputados franceses, dirigida por el Coronel Louis Christians. Las ceremonias fueron apoteósicas y millares de portugueses desfilaron delante de la imagen en Lisboa.

El día 8 de Abril la imagen fue transportada en un carro militar hacia Batalha, sin cualquier ceremonial especial, y ahí quedó expuesta en la sala del refectorio del monasterio para en el día siguiente, 9 de Abril, efectuar la entrega oficial. El día 9 de Abril, hacia las 11:00h, comenzaron a concentrarse junto al Monasterio de Batalha numerosas entidades civiles y militares, entre ellas los Embajadores de Portugal en Francia y de Francia enn Portugal, los Agregados Militares de Francia, Bélgica y Estados Unidos, los altos mandos del Ejército, Marina y la Fuerza Aérea Portuguesa. Al medio día iniciaron las ceremonias con la llegada del Coronel Louis Christian (Francia) y el Ministro de Defensa de Portugal Coronel Santos Costa. La guardia de honor fue prestada por un Batallón del  Regimiento de Infantería N.º 7 Leiría. El anda que transportó el “Cristo de las Trincheras” entre la sala del refectorio y la sala capitular estuvo al cuidado de representantes de la Liga de los Combatientes de la Gran Guerra.
 
El “Cristo de las Trincheras” fue entonces depuesto sobre un pequeño pedestal adamascado a la cabecera del monumento del “Soldado Desconocido”. Terminadas las oraciones, el Agregado Militar Francés, Coronel Revault d’Allonnes, confirió a los dos “Soldados Desconocidos” dos Cruces de Guerra, las cuales fueron depositadas sobre el suelo.
 
La banda del Regimiento de Infantería n.º 19 Chaves, tocó a silencio al final de la ceremonia, mientras una Batería de Artillería del Regimiento de Artillería Ligera de Leiría, dio una salva de 19 tiros.

Más que un episodio ocurrido durante la 1ª Guerra Mundial, el “Cristo de las Trincheras” simboliza la fe que mantuvo a los militares portugueses en la línea de frente durante un par de años, prácticamente sin licencias, mal abastecidos, sintiéndose abandonados por aquel que los envió para combatir por algo que la mayoría no entendía.

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