martes, 19 de abril de 2016

ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN POR LAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO

LATÍN
Dulcíssime Jesu mi, qui pro redemptióne mundi voluísti nasci, circúmcidi, a Judǽis reprobári, a Juda traditóre ósculo tradi, vínculis alligári, sicut agnus ínnocens ad víctimam duci, atque conspéctibus Ánnæ, Cáiphæ, Piláti, et Heródis indecénter ófferri, a falsis téstibus accusári, flagéllis et oppróbriis vexári, sputis cónspui, spinis coronári, coláphis cædi, arúndine percúti, fácie velári, véstibus éxui, cruci clávibus affígi, in cruce levári, inter latrónes deputári, felle et acéto potári, et láncea vulnerári: tu Dómine, per has sanctíssimas pœnas tuas, quas ego indígnus recólo, et per sanctam crucem et mortem tuam líbera ánimis Purgatórii a pœnis, et perduc eam  ad réquies sanctam Glóriam, ac líbera me (et hunc fámulum tuum N. agonizántem) a pœnis inférni, et perdúcere dignéris, quo perduxísti latrónem tecum crucifíxum; qui cum Patre et Spíritu Sancto vivis et regnas Deus per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
 
TRADUCCIÓN
Dulcísimo Jesús mío, que para redimir al mundo quisisteis nacer, ser circuncidado, desechado de los judíos, entregado con el beso de Judas, atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero; presentado ante Anás, Caifás, Pilatos y Herodes; escupido y acusado con falsos testigos; abofeteado, cargado de oprobios, desgarrado con azotes, coronado de espinas, golpeado con la caña, cubierto el Rostro con una púrpura por burla; desnudado afrentosamente, clavado en la Cruz y levantado en ella, puesto entre ladrones, como uno de ellos, dándoos a beber hiel y vinagres y herido el costado con la lanza. Librad, Señor, por tantos y tan acerbísimos dolores como habéis padecido por nosotros, a las almas del Purgatorio de las penas en que están; llevadlas a descansar a vuestra santísima Gloria, y salvadnos (y a este siervo N. agonizante), por los méritos de vuestra sagrada Pasión y por vuestra muerte de Cruz, de las penas del infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel Reino, adonde llevasteis al buen ladrón, que fue crucificado con Vos, que vivís y reináis con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

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