viernes, 15 de abril de 2016

JUDAS ISCARIOTE, EGO TE ABSOLVO. Atte., FRANCISQUITO


Si la Ramera Apocalíptica que es la iglesia conciliar causa tanto estupor con sólo verla, Antipapa Francisco Bergoglio tampoco deja de sorprender: En su homilía del 11 de Abril, realizó un gesto insólito: EXCULPÓ DE COMETER SUICIDIO A JUDAS ISCARIOTE, enmendándole la plana al Cristo de quien dice ser su Vicario. Bergoglio afirmó en la Casa Santa Martha, que "Judas se arrepintió de traicionar a su Maestro, pero como ni la Virgen lo quiso acoger misericordiosamente, se ahorcó".
  
Ante esto, convocamos a todos nuestros lectores a que envíen a  cultidiv@ccdds.va y vpr-sacramenti@ccdds.va para que inicien proceso de beatificación a Judas Iscariote y lo proclamen patrono de Amóris Lætítia (y si es posible, que el Evangelio Gnóstico de Judas sea incluido en el Canon de las Escrituras Novus Ordo).
  
AFERRADOS A LA LETRA
Casa Santa Martha
Abril 11 de 2016
 
Para Jesús, lo que cuenta es la vida de las personas y no un esquema de leyes y palabras: la muerte de Esteban y Juana de Arco, la muerte de muchos otros inocentes en la historia e incluso el suicidio de Judas recuerdan el mal que puede hacer «un corazón cerrado a la palabra de Dios» hasta el punto de utilizarla contra la verdad. 
 
En la primera lectura, tomada de los Hechos de los apóstoles (6, 8-15), la Iglesia nos hace escuchar el pasaje del discurso de Esteban, y del juicio contra él. «Algunos de los doctores de la ley, doctores de la letra, se levantaron para discutir con Esteban, pero no pudieron resistir a la sabiduría y al espíritu con que hablaba». De hecho, Esteban había sido ungido por el Espíritu Santo y tenía la sabiduría del Espíritu Santo, y hablaba con esa fuerza, con esa sabiduría, la misma que tenía Jesús; pero Él era Dios, que hablaba con la autoridad, la autoridad que viene de Dios, la autoridad que viene del Espíritu Santo.
 
No pudiendo hacer nada contra él, esas personas que estaban en la sinagoga «instigaron a algunos para que» lo acusasen injustamente de haber pronunciado «palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios». No siendo capaces de «dialogar con él y abrir el corazón a la verdad», «rápidamente tomaron el camino de la calumnia». Los Hechos relatan que Esteban fue capturado y llevado ante el Sanedrín y que también se presentaron testigos falsos para acusarlo.
 
La historia de Esteban es significativa: «El corazón cerrado a la verdad de Dios se aferra solamente a la verdad de la ley, de la letra —más que a la ley, a la letra— y no encuentra otra salida que la mentira, el falso testimonio y la muerte». Precisamente «Jesús había reprendido esta actitud, ya que con los profetas, en el Antiguo Testamento, había sucedido lo mismo». Tanto es así que «Jesús había dicho» a esas personas «que sus padres habían matado a los profetas “y vosotros hacéis los monumentos, los sepulcros”» Sin embargo, su «respuesta es más que hipócrita, es cínica: “Si hubiéramos vivido en los tiempos de nuestros padres, no hubiéramos hecho lo mismo”». Y «así se lavan las manos y ante sí mismos se juzgan puros». Pero, «el corazón está cerrado a la palabra de Dios, está cerrado a la verdad, está cerrado al mensajero de Dios que trae la profecía para hacer que el pueblo de Dios siga hacia adelante».
 
«Me duele leer ese breve pasaje del Evangelio de Mateo, cuando Judas arrepentido va a los sacerdotes y les dice: “he pecado”, y quiere dar… y da las monedas. Pero ellos le contestan: «¡Qué nos importa! ¡Tú verás!». Tienen un corazón cerrado ante este pobre hombre arrepentido que no sabía qué hace». Ellos le dicen: «Tú veras». Y así Judas «fue y se ahorcó». Y «¿qué es lo que hacen cuando Judas va a colgarse? ¿Hablan y dicen: “pero, pobre hombre…”? ¡No! Inmediatamente las monedas. Y, a continuación, refiriéndose a los treinta denarios añaden, «son precio de sangre, no pueden entrar en el templo». En esencia «son los doctores de la letra», y así siguen «tal y tal y tal regla …».
  
A ellos no les importa la vida de una persona, no les importa el arrepentimiento de Judas: el Evangelio dice que regresó arrepentido. A ellos les importa sólo su esquema de leyes y las muchas palabras y muchas cosas que han construido. Esta es la dureza de sus corazones, la insensatez del corazón de esta gente, que dado que no podía resistir la verdad de Esteban va a buscar evidencias y testigos falsos para juzgarlo: la suerte de Esteban está marcada como la de los profetas como la de Jesús».
 
Y esta forma de hacer «se repetirá» en el tiempo, «no sólo sucedió en los primeros tiempos de la Iglesia». «La historia nos habla de mucha gente que fue asesinada, juzgada, a pesar de que era inocente: juzgada con la palabra de Dios contra la palabra de Dios. Pensemos en la caza de brujas o en santa Juana de Arco, en muchos otros que fueron quemados, condenados porque no se ajustaron, según los jueces, a la palabra de Dios».
  
Es el modelo de Jesús que, por ser fiel y haber obedecido la palabra del Padre, termina en la cruz. Con gran ternura Jesús les dijo a los discípulos de Emaús: «Insensatos y tardos de corazón». Pidámosle que, con la misma ternura, mire las pequeños o grandes insensateces de nuestro corazón y nos acaricie» diciéndonos “insensato y tardo de corazón” y comience a explicarnos las cosas».
  
COMENTARIO
Bergoglio está igual que cierto tirano de bigote: NO SABE QUÉ ESTUPIDEZ DECIR. Y vale recordar muchos puntos.
  • Judas Iscariote era parte de los nacionalistas zelotas (probablemente de la facción de los sicarios), y como la casi totalidad de los judíos, creía que el Reino de Dios era político y terrenal, pero como Jesús no satisfizo sus calenturientas expectativas sobre la cuestión (soñaba Judas con un alto cargo público manejando gruesas sumas de dinero), lo traicionó. De acuerdo a Ana Catalina Emmerick, llevaba urdiendo la traición por lo menos desde el año 31, cuando Jesús anunció abiertamente que debía padecer en la Cruz.
  • San Mateo explica que cuando Judas se enteró que Jesús fue condenado a muerte (quizá pensaba que estando en el juicio del Sanedrín, Jesús se liberaría haciendo ostención de su Poder, y de paso, liberar a Judea del Imperio Romano), fue a desembarazarse de la traición cometida devolviendo las monedas que le dieran. Pero como estos le rechazaron la plata, las arrojó en el suelo, se fue corriendo y se ahorcó. En el texto griego, la palabra que se usa en este pasaje para referirse al estado espiritual de Judas es μεταμέλλομαι (metamellomai), que se traduce como remordimiento, en lugar de μετανοἐω (metanoeō), que refiere al arrepentimiento sincero previo a la conversión. En una palabra, Judas NO ESTABA ARREPENTIDO DE SU PECADO, SINO DE LAS CONSECUENCIAS DEL MISMO.
  • Ana Catalina Emmerick refería que Judas fue desesperado por el Diablo luego de traicionar a Jesús y de no obtener que el sumo sacerdote y los escribas Lo soltaran, diciéndole finalmente "Ahora le llevan a la muerte; tú le has vendido; ¿sabes tú lo que hay en la ley? El que vendiere un alma entre sus hermanos los hijos de Israel, y recibiere el precio, debe ser castigado con la muerte. ¡Acaba contigo, miserable, acaba!". Entonces Judas, desesperado, tomó su cinturón y se colgó de un árbol en Aceldama, al pie de Har HaMashchit (Monte del Escándalo o de Corrupción), cerca al Valle de Ben Hinón a las afueras de Jerusalén (donde Salomón erigió adoratorios a los ídolos para sus mil mujeres, y los israelitas apóstatas quemaban a sus propios hijos en honor de Moloc). Luego, su cuerpo reventó al quebrarse la rama de donde se colgó, y sus entrañas se esparcieron por el suelo, y su alma fue a parar al Infierno, donde padece el peor de los castigos: ser un demonio humano.
  • Aunque Bergoglio diga lo contrario, a Judas Iscariote NUNCA LE FALTÓ LA MISERICORDIA, porque Jesús no "le sacó los trapitos al sol" manifestando a los Apóstoles que era el traidor, sino que le lavó los pies, tratando de que reconsiderara sus pasos; y María Santísima le exhortaba también para que aceptara la necesidad del Sacrificio de la Cruz, y rogaba a su Hijo por la conversión del traidor (aunque por divinas luces sabía de su diabólica obcecación y su terrible final). Pero nunca les hizo caso: Judas odiaba a Jesús y María, y no les miraba a la cara. Rechazó obstinadamente la Gracia, extinguióse en él la Fe, la Esperanza y la Caridad, desterró de sí el temor de Dios (llegando incluso a considerar profanar la Hostia que recibiera en el primer Santo Sacrificio de la Misa llevándola a los fariseos), por eso Dios le dejó, Judas se deprimió, maldecía su suerte y se infligía lesiones, y finalmente tomó la fatal decisión del suicidio. Todo ello lo refieren Ana Catalina y María de Jesús Agreda.
  • El suicidio siempre ha sido condenado a lo largo de la historia de la humanidad. Platón y Aristóteles lo han considerado señal de debilidad y poca paciencia. El Derecho Canónico prohíbe que los suicidas sean sepultados en iglesia o camposanto, y la Escritura sentencia que los suicidas NO ENTRARÁN AL REINO, porque destruyen el Templo del Espíritu Santo, que es su propio cuerpo.

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