sábado, 17 de octubre de 2015

EL LENGUAJE SECTARIO DEL CAMINO NEOCATECUMENAL

Traducción del artículo “Il gergo neocatecumenale come espressività per iniziati” publicado aquí.
   
LA JERGA NEOCATECUMENAL COMO EXPRESIVIDAD PARA LOS INICIADOS
   
La teoría de la relatividad lingüística considera el lenguaje no como un mero instrumento sino como una estructura capaz de forjar nuestra visión del mundo. El significado de una cosa no le es intrínseco como pudiera contenerse, sino que le es conferido a partir de un acto arbitrario del hombre que asocia un significante a un significado, en tal sentido el significado es por tanto un marco por el cual cual venimos a percibir los eventos y creaciones de la actividad simbólica humana.
  
En efecto podremos decir que “El nuestro es un mundo cuyos confines son dados por nuestro lenguaje. No solo hablamos nuestra lengua, pensamos en ella como un pez vive en el agua. En general, vemos el mundo como el lenguaje lo hace ver” (Garrett Hardin, The Threat of Clarity. En Revista ETC, vol. XVII, nº 3. Sociedad Internacional de Semántica General, Chicago 1960, pág. 269).
  
En los cultos totalitarios, la ideología es interiorizada como “la verdad”, el único y auténtico “mapa” de la realidad. La doctrina sirve no solo para filtrar la información entrante, sino que también indica el modo en que debe elaborarse. Generalmente se trata de doctrinas absolutistas, que dividen todas las cosas en “blanco o negro”, “nosotros o ellos”. Todo lo que es tenido por bueno se encarna en el líder y en su grupo. Todo lo malo pertenece al mundo exterior. La doctrina sectaria puede escuchar todas las preguntas, responder a todos los problemas y situaciones. Un afiliado al culto no necesita pensar por sí mismo, dado que quien lo guía -al cual le debe obediencia acrítica-, piensa por él.
   
Un contexto totalitario tiene su “propio” lenguaje, que contempla palabras y expresiones típicas. Puesto que el lenguaje forja los símbolos que usamos para pensar, controlar determinadas palabras significa además controlar los pensamientos. De hecho, muchos grupos condensan situaciones complejas, dándoles un rótulo y las trasforman en cliché de grupo. Esta etiqueta, que otra cosa no es sino la expresión verbal de la jerga interna, gobierna el modo de pensar de cada individuo, cualquiera sea el contexto en el cual se encuentra.
  
El lenguaje, por tanto, como constitutivo de lo social. Una comunidad se desarrolla y se delimita mediante la creación de una jerga en su peculiaridad: “La convivencia social se desarrolla en la dimensión lingüística, cada práctica social adquiere sentido en el ‘lenguaje’ que aglutina y caracteriza al agregado sociale en que ella acontece” (Giorgio De Michelis, “Osservazione del sociale e autoreferenza”, en Attraverso Bateson, Raffaello Cortina Editore, Milán 1998, pág. 260)
   
El nuevo ser, la personalidad del culto, viene a situarse en la profunda experiencia interactiva de comunicaciones y relaciones al interior del grupo. El argot del grupo sirve también para disociar la nueva personalidad del culto de aquella vieja y para apartar a los adeptos de los “externos” incapaces de comprender su extraño lenguaje.
  
Por esto la nueva personalidad no es abstraíble y no existe para el que está fuera de la relación, al de fuera del contexto en que se sitúa, al externo respecto de la comunidad lingüística a la cual se pertenece, podremos decir que es una cualidad emergente. Pero al mismo tiempo, también el contexto relacional no podría tener luego sentido en los individuos que introduzco y que contribuyen a mantenerle en constante co-creación.
  
Un elemento fundamental de la metodología de adoctrinamiento y de despersonalización de quienes adhieren al Camino Neocatecumenal es el uso de una jerga iniciática y convencional caracterizada por una carencia total de claridad.
  
Para diferenciarse del Catolicismo tradicional (en forma ostensible y en todas las circustancias posibles) el Neocatecumenado ha acuñado como palabra clave aquella de “Camino”, que viene a ser usada para describir las enseñanzas y la filosofía del iniciador.
  
Los neologismos y la jerga de los neocatecumenales, según la técnica del lavado de cerebro, ¡llevan a los miembros a aceptar ideas nuevas sin alguna garantía de confiabilidad! El lenguaje particular crea un sentido de dependencia y de obediencia ciega, ¡además de la afortunada pertenencia exclusiva a un grupo elitista!
 
Se podría citar, pues, decenas y decenas de ejemplos sobre la forma, los contenidos y los significados de este lenguaje, pero nos detendremos en aquellos más representativos:
  • Los neocatecumenales se llaman entre sí “hermanos” y “hermanas”. Es una peculiaridad de los cristianos, de hecho; pero no lo entienden en como “hermanos y hermanas en Cristo”, sino “hermanos y hermanas” de comunidad. 
  • Las distintas categorías directivas incluidas “los responsables”, los catequistas”, los “itinerantes”, “los didascálos” (maestros de niños); “ostiarios” (aquellos que preparan la sala para la celebración).
  • El término “sacerdote” fue abandonado del todo, en favor de “presbítero”; 
  • La santa Misa es relegada en el nivel expresivo a una simple “celebración”; con esto difuso término se indica tabién la celebración infrasemanal de la Palabra; 
  • En la enseñanza neocatecumenal abundan término técnicos, como “Kerýgma”, “Koinonía”, “Kénosis”; y términos filosóficos como “ontológico”, “existencial”, “esjatológico”; sin explicación alguna de por qué se usan.
  • La “Kénosis”, que en el catolicismo representa el ‘despojarse’ el Señor de su divinidad, para asumir nuestra humanidad, en el Camino representa “el descenso en el propio mal” para descubrir cuán pecadores somos y cuánto Cristo nos ama, porque no obstante nuestros pecados, Él está dispuesto a salvarnos... PERO esta salvación, en el Camino, no es consecuencia del reconocimiento del pecado y el combate espiritual, vivido en Cristo por medio de su Gracia que se difunde copiosamente en la penitencia y en la Eucaristía, y que consiste en ‘imitarlo’ con nuestra vida que, por Su Ofrecimiento, ha sido entregada al Padre... sino que la comunidad es la que salva, es la comunidad que perdona a través de rituales que no que tienen nada que ver con los vistos en la Iglesia (v.g. el lavatorio de los pies) y, por ende, no existe algún ‘esfuerzo’, alguna responsabilidad personal para vencer el pecado. El esfuerzo que le exigen al caminista es el ‘despojarse de sí’, esto es, la anulación total de la propia personalidad para acoger las sugestiones y la praxis del Camino y ‘construirse’ como persona, en base de la correspondiente modalidad férrea y rígida y tiempo idéntico para todos; lo que de por sí es un hecho aberrante, porque ¡cada persona tiene tiempos y exigencias distintas, y sólo en la libertad y no mediante la coerción, puede crecer en la humanidad y madurez espiritual en Cristo! Como consecuencia, se adquiere una identidad de grupo y no se cultiva el encuentro personal con el Señor.
  • Los conceptos clave son aquellos de “cruz gloriosa” y “siervo de Yahveh”: Este último, como muchos términos del Neocatecumenado, viene del Antiguo Testamento.
  • “Ídolos” que hay que “odiar”: la familia, el trabajo, los hijos, las propiedades. Kiko ha dicho a sus catequistas que "la familia es un mito terrible cuando se convierte en religión. ¡La Cristiandad la debe destruir!". Es necesario, por tanto, ¡poner la “Comunidad” en primer lugar! ¡Si la mujer está enamorada de su marido o el marido de la mujer, digo que se han hecho un ídolo!... ¡Es menester odiarlo! ¡Cuantas separaciones, si el uno o el otro no entra en la comunidad!
  • “Secreto”: No se puede preguntar sobre lo que seguirá después, no se puede revelar las particularidades del “camino” a los externos y tampoco a los miembros de nivel inferior, ¡no debe aflorar NADA de cuanto sucede adentro! Los jefes, con mirada de posesos, dicen que solo en el próximo “pasaje” (examen periódico) se accederá a una cercanía siempre mayor a las maravillas de Dios; ¡lo importante es fiarse del “camino” (¡de ellos!) y gloriarse de no ser “cristianos de domingo”! 
  • “Escrutinio”: Probar el sometimiento durante los “pasajes”, al precio de cortar el respeto del 'fuero interno' de la persona constreñida a la confesión pública de cosas muy íntimas; lo que favorece el eliminar de sí todo cuanto consideran sobrante, pero sobre todo, crea dependencia. Esto es grave y rudamente dirigido en función de rígidos esquemas preconfeccionados por el catequista con poderes absolutos, pero sin nociones de psicología y mucho menos capaces de una auténtica “dirección espiritual”. Sustancialmente se trata de una forma de aberrante ‘adiestramiento’, que nunca tiene que ver con el verdadero crecimiento psicológico y espiritual. 
  • “Higo seco”, es el término usado en la confrontación de las personas que no “dan frutos”, esto es, que no responden a las expectativas directivas de los catequistas y por esto se sienten y son malditos como la higuera que no daba fruto fuera de estación, de evangélica memoria. Solo que en el Evangelio, quien quiere los frutos también fuera de estación es el Señor... (San Marcos 11,13-14).
  • “Experimentar”: Tener una experiencia concreta de algo en el contexto de una situación vivida.
  • “Persecución”: ¡Las críticas que prueban la “santidad” y la justicia de su experiencia!
  • “Tú no puedes juzgar” (grítanlo también en la cara a los Obispos que están autorizados para objetar cualquier cosa) porque: «... Entonces comprenderéis; nadie puede comprenderlo, si no lo vive». Y con esta coartada impiden a los foráneos a la organización el formular también la más pequeña objeción.
  • La palabra clave “catequesis” viene a usarse para los más diversos contextos: Incluso la palabra de la serpiente a Eva es descrita como “catequesis” (obviamente en sentido negativo), así como creen aberrante “la catequesis del mundo”; 
  • «Veamos, ¿a ti qué te dijo la Palabra?», pedido que se le hace a los niños que escuchan la catequesis.
  • «Hija de Jerusalén»: la mujer joven seguidora del camino.
  • «Con los niños he hecho un Midrash» (para explicar el concepto a los niños, han usado un cuento interactivo.
  • «Nos enfrentamos a la Palabra» (Tener un encuentro a base de la lectura de la Biblia)
  • Los “kikos”, así son llamados en España.
  • Intercambian comunmente el saludo: Paz o ‘la Paz’, que no indica “la Paz sea contigo o con vosotros”. El signo de la Paz intercambiado durante la celebración litúrgica representa el perdón en el ámbito de la comunidad... 
  • Kiko ha dado orden que, durante la Pascua, se intercambie el saludo: “Cristo ha resucitado”, al que se responderá “verdaderamente ha resucitado” (que, sin embargo, salió de la liturgia pascual). Encontrarte con un neocatecumenal que dice “Cristo ha resucitado”, y responderle “Aleluya” o “gloria a Dios”, o cualquier otra expresión que te venga del corazón, queda en entredicho y hará mala cara, porque no es como ha decretado Kiko… 
  • En el lenguaje común son recurrentes además expresiones del tipo “Adéntrate en tu realidad”; ”Afirmados en la verdad”, “ascender sobre la cruz”, ”subir a Jerusalén”, expresiones que acreditan un idioma nuevo y altisonante, nada comprensible en su justo significado ni en  las circustancias que no determinan el uso (y el abuso). 
  • El auto-llamado “giro de experiencias”, verdadera y propia forma de control ejercida durante las “convivencias” (retiros espirituales de uno o más días, en el cual los participantes “con-viven”), cuya presión psicólogica es superada sólo en los “escrutinios” (terrible examen donde los jefes laicos escudriñan el alma de los pobres “hermanos”, en cuanto tienen la autoridad para establecer el grado de crecimiento en la Fe).
  • Artificios psicológicos, como la “oscuridad total” (el llamado “lucernario”) unida a largos silencios, que generan un impacto abrumador sobre la mente estresada.
  • “Alzarse” viene a utilizarse para decir que un individuo o una familia sienten el deseo de ofrecer la propia vida por el Evangelio y quienes, en ocasión del oportuno encuentro tenido con los iniciadores del Camino, con el propio catequista o en comunidad, seguido de un apelo general se levantan riéndose visiblemente ante los hermanos mostrando abiertamente la propia disponibilidad en respuesta a la llamada de Dios.
  • «La historia que Dios hizo contigo»: qué acontece en la relación entre el hombre y Dios.
  • “Cortar las ramas secas” (romper vínculo con el pasado, con los amigos considerados “sanguijuelas” o aprovechados, con los familiares, pero sustancialmente con las personas que no comprendan el Camino).
  • El término “Faraón”, como el de “Judas”, indica a todos los que critican al Camino.
  • “Anatema”: maldición contra  quienes se alejan y traicionan a la comunidad.
  • “Alejados”: Aquellos que son considerados apóstatas, paganos, o idólatras.
  • La “tienda” («Cuán bellas son tus tiendas...») del lenguaje bíblico, la comunidad...
 
Con el uso de esta jerga, el Neocatecumenado se vindica también el derecho a la interpretación de la Sagrada Escritura, al control de la parroquia y de todo aspecto de la vida de los “hermanos” y de las “hermanas”.
  
Monseñor Joseph Buckley, vicario general de la diócesis católica romana de Clifton en Bristol cita el análisis que un eminente psiquiatra católico ha realizado sobre presuntas “técnicas de lavado de cerebro” usadas en el Neocatecumenado. Una de ellas consiste en el uso de una jerga o de “neologismos que desorientan al no iniciado y lo conducen a aceptar ideas nuevas y sin garantías de confiabilidad” (De un artículo de la revista mensual católica “Priest and People”, Junio de 1988).
 
Bruno Secondin, carmelita, profesor de espiritualidad en la Universidad Gregoriana de Roma, define este tipo de lenguaje como “código elaborado”, que evoca en los miembros una completa gama de sentimientos, que construyen el ”universo” del movimiento.
   
Este lenguaje particular creado partiendo de las palabas lleva inevitablemente a suscitar, según las circunstancias, sentimientos de culpa o de pertenencia, o la obediencia ciega.
  
Es posibile que la nueva terminología haya sido creada para darle un sentido de novedad al mensaje, evitando así usar las pías expresiones del pasado; pero, por ironía de la suerte, en los extraños al movimiento o en los que están comenzando el proceso de “iniciación”, suscita al contrario confusiones y equívocos, que dan completa preclusión a todo diálogo significativo con los católicos no adherentes al Neocatecumenado, o con los que no lo conocen y, comúnmente, son funcionales para el debilitamiento de la voluntad de la persona que no es su destinataria.

1 comentario:

  1. Estimado Miles Cristi , tengo bastante respeto a tu criterio sobre la fe Católica, le he considerado ciencia. Pero hoy me has herido , por qué nada de lo que has publicado sobre el carisma del camino neocatecumenal tiene de veracidad. Lamento refutar tu escrito, la vivencia del camino es totalmente diferente a lo que has de escrito, por qué la verdadera Fe en Jesucristo es aquella que te libera, ver a la cruz como signo glorioso es ver a quien fue alzado para redimir los pecados del mundo.
    El ser humillado es necesario para saber que la vida te viene solamente de Dios y como exclamar como Job, si aceptamos de Dios los bienes por qué no aceptar los males.termino diciendo La paz contigo .

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