domingo, 5 de abril de 2015

SALUDO DE PASCUA

   
Dilectísimos hermanos en Jesús y María, ¡SANTA PASCUA!
  
Dios Nuestro Señor ha dispuesto el orden de los días y de los años, en tal modo que nos permite volver a la Gran Semana, para prepararnos dignamente a conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Salvador. 
  
Quizá para muchos de nosotros, por la situación actual en que se halla la Iglesia Católica de siempre, no hemos tenido oportunidad de asistir materialmente a las ceremonias solemnes, por hallarse a cientos o miles de kilómetros el sacerdote más cercano. Pero, por la Comunión de los Santos, hemos podido beneficiarnos espiritualmente de ellas, con el fervor en las oraciones -el Rosario, el Vía crucis, el Oficio Divino...- y otras prácticas que la Iglesia ha recomendado desde siglos atrás (y que Nos, con indecibles esfuerzos, hemos transmitido en este humilde espacio).
  
Es innegable que estamos en una cautividad peor que Egipto y Babilonia, ya que no es la persecución movida por poderes terrenales -que al fin no pueden más que matar el cuerpo-, sino la Apóstata Curia que se ha usurpado el Trono Apostólico y que con sus herejías mata a las almas. Como expresamos arriba, sólo nos queda la devoción antigua, la auténtica Lex Orandi de la Iglesia Una, Santa, Católica, Apostolica y tradicional. Esa que aunque perseguida, se mantiene firme como que es la verdadera, es la que nos distingue de entre el mundo. De ahí que, a nuestro parecer, la Pascua viene a tener un significado apocalíptico: SÓLO LA FE CATÓLICA TRADICIONAL ES LA QUE NOS SIGNARÁ PARA LA GRAN PARUSÍA DEL FIN DE LOS TIEMPOS, CUANDO CRISTO REY DARÁ MUERTE A LA APOSTASÍA.
   
Pidámosle a la Santísima Virgen María, Esperanza nuestra, que nos ayude a perseverar firmes en la Fe, orando sin cesar, y a aguardar vigilantes que llegue el día de nuestra victoria con Cristo Rey, a semejanza de cuando Ella aguardó la Resurrección de su Hijo.

¡SANTAS PASCUAS PARA TODOS VOSOTROS!
 
Frater Jorge Rondón Santos
 
Año del Señor 2015, a 5 de Abril, XXXVII de la Santa Cruzada.

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