miércoles, 2 de abril de 2025

MES EUCARÍSTICO - DÍA SEGUNDO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.
     
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA SEGUNDO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Cristo, aquel Señor que impone a sus siervos el yugo suave y la carga ligera de sus santos mandamientos, y el que por unos breves servicios promete la gloria eterna (San Mateo 11, 30).

II.. ¿A quién viene? A su siervo contumaz, que desde el principio del uso de razón rompió el yugo de su ley, rompió sus ataduras, y dijo con descaro: no serviré (Jeremías 2, 20).

III. ¿A qué viene? A llevarlo para Sí en los lazos de Adán con las cadenas de su caridad, y una vez libre del yugo pasado de las pasiones, reducirlo a su santa servidumbre, más feliz que todo mando (Oseas 11, 4).

Aspiración: ¿Y de dónde a mí, que mi Señor y el Hijo de mi Dios venga a esta humilde morada? (San Lucas 1, 43). ¿Quién soy yo para hospedar a tan gran Señor? ¿Yo pecador, abismo de maldad, ejemplo de ingratitud, pensaré siquiera en ponerme a tu vista? ¿No sabéis, Señor, el mal uso que hice de mi libertad apenas tuve razón? Sin razón Te ofendí, y por lo mismo parece que Vos sin causa ni razón me queréis beneficiar. Sin embargo, aunque yo nunca la pude tener para ofenderos, Vos la tenéis para beneficiarme; pues la misma razón que hubo para amarme desde la misma eternidad en caridad perpetua (Jeremías 31, 3) subsiste hoy. De tu propia voluntad me hiciste objeto de tu amor; y como sin algún mérito precedente llamaste a los Apóstoles, sin embargo de saber que en el duro lance de la Pasión unos Te habían de desamparar, cual vender y cual negar; del mismo modo me llamaste a mí, con todo que sabías huiría de tu lado al tiempo de convidarme con tu cruz, que te negaría por un vil interés, y Te vendería por un deleite momentáneo. Verdaderamente que tus misericordias no tienen número. Multiplicadlas sobre mí, para que crezca en vuestro amor: así el yugo de vuestra ley será suave para mí, os obedeceré con perfecto corazón, Vos vendréis a ser Sacramentado, y de esta manera será una misma cosa con Vos. Tu misericordia no me desampare.
   
ACCIÓN DE GRACIAS
I. Considera, alma mía, con viva fe a Jesucristo en medio de tu corazón, como a tu legítimo Señor, que con precio muy subido te ha comprado; y a ti como a siervo fugitivo, que de nuevo te quieres volver a Él con toda el alma (1.ª Corintios 6, 20).

II. Ámalo de corazón, encendiéndote tanto en llamas de su caridad, que llegues a ser como uno de aquellos que decían: ninguno de nosotros vive para sí, porque si vivimos, para el Señor vivimos; ni para sí ninguno muere, porque si morimos, para el Señor morimos (Romanos 14, v. 7 y 8).

III. Pide te conceda el don de temor a Dios, para huir de todo pecado por leve que sea, y temer á solo Dios con afecto puro. El temor del Señor ahuyenta el pecado (Eclesiástico 1, 27). Al que lo teme sucederá bien en la hora de la muerte (Ibid., 13).

Aspiración: Echa, Señor, a mis pies los grillos de tu temor, y ata mi cerviz con el collar de tu ley (Eclesiástico 6, 25); porque los que se alejaren de Ti sin duda perecerán (Salmo 72, 26). Bueno es a mí estar unido con Vos, mediante este Sacramento, porque el que así se une, un espíritu con Vos se hace (1.ª Corintios 6, 17). ¡Oh sumo, oh estupendo y admirable comercio! El Criador del linaje humano tomando cuerpo y alma se dignó nacer de Virgen, y saliendo verdadero hombre sin concurso de varón, con inaudita largueza nos dio en este Sacramento su divinidad. Solo Vos, Señor, que sois igualmente poderoso que bueno, pudierais haber obrado a favor de vuestras criaturas fineza tan desmedida; pero es una verdad eterna, que Vos mismo la decís: así como vivo yo de la misma vida que el Padre que me envió, de igual modo el que me come vivirá por mí. Os he recibido bajo de estos humildes accidentes, y sé muy cierto que este es el Pan que del Cielo descendió, no como el que comieron mis Padres en el desierto, que como no les podía dar vida, murieron: el que comiere este Pan, eternamente vivirá (San Juan 6, 58 y 59). ¡Oh vida, verdadera vida, y cuán poco deseada eres de las criaturas! ¿En qué entendimiento humano ni angélico pudiera caber, que todo un Dios tomara carne humana, para darse en calidad de manjar a sus criaturas; y en este mismo punto darlas su propia vida? Pero así lo quisisteis, amor santo, y después de lo infinito que os humillasteis en la Encarnación, ningún rastro de duda nos puede quedar. Sí, Padre mío; sobradamente creíbles se han hecho vuestros testimonios (Salmo 92, 5): solo falta inclinéis mi corazón a creerlos; según deseáis. Apártame de todo error, asegúrame en tus caminos, y venga sobre mí tu misericordia, porque siempre fié en tus palabras (Salmo 118, v. 36, 37, 41 y 42). Gracias infinitas Os doy, pues así Os portáis con quien nada merecía.

martes, 1 de abril de 2025

LO OCULTO DE LA CAUSA CARLO ACUTIS: EL “HOMBRE DE McCARRICK”, MADRE ADINERADA, Y SUS AMIGOS NO SABÍAN QUE ERA RELIGIOSO

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   

The Economist publicó el 28 de Marzo un artículo sorprendentemente neutral sobre la próxima canonización de Carlo Acutis, que murió de leucemia en 2006 a la edad de 15 años. Puntos principales:
  • Antonia Salzano, la adinerada madre de Carlo, fue una fuerza impulsora de la beatificación en 2020 y de la próxima canonización.
  • Ella contrató a periodistas para que escribieran libros sobre él y a diseñadores y artistas para que crearan cuadros, carteles y estampas con su imagen.
  • Otra figura clave en la promoción del culto a Carlo fue monseñor Anthony Figueiredo, un presbítero de unos 60 años.
  • Figueiredo se trasladó a Asís en 2020 tras conducir ebrio y chocar contra el coche de una abogada embarazada (que escapó sin heridas graves).
  • Viajó a varios países con las reliquias de Carlo y escribió el libro “Beato Carlo Acutis: 5 pasos para ser un santo”.
  • Monseñor Figueiredo describió a Carlo de una forma extrañamente inarticulada: «Traspasa las fronteras, los credos, porque es, ¿cuál es la palabra que quiero? No es indefenso… No hay nada en él que pueda causar un problema».
  • Figueiredo, que fue “instalado” presbítero por el arzobispón Theodore McCarrick, trabajó como secretario de McCarrick durante varios meses en la década de 1990. Permaneció leal a McCarrick después de que fuera trasladado para trabajar en la Curia Romana: «Yo era el hombre de McCarrick en Roma», dijo.
  • Alrededor de 2008, Figueiredo fue asignado para traducir y entregar una carta al Secretario de Estado del Vaticano en la que McCarrick escribía que, si bien a veces había compartido la cama con seminaristas, cualquier rumor de abuso era falso.
  • Ningún amigo del colegio de Carlo recordaba que Acutis hubiera sido públicamente devoto.
  • El mejor amigo de Carlo, Federico Oldani, dijo que no le había conocido «comportándose como un chico muy piadoso» y que ni siquiera sabía que Carlo fuera religioso.
  • Oldani y Acutis compartían la pasión por los coches deportivos.
  • Carlo era conocido por su afición a la comedia. Cada semana había un programa de monólogos italianos en la televisión, que era su favorito. Lo que más le gustaba era el tipo de comedia de “Los Simpson”: autorreferencial, absurda, llena de sutiles cambios de tono y registro. Grababa DVD de sus episodios favoritos para sus amigos.
  • Oldani recuerda un día en la escuela en el que todos estaban enfrascados en una charla ladina, y Carlo soltó de repente que pensaba que estaba mal tener relaciones sexuales antes del matrimonio. El grupo empezó a burlarse de él. Carlo se puso tan nervioso que abandonaron el tema.
  • Carlo nunca habló de Cristo con Oldani. Oldani sabía que los padres de Carlo eran religiosos y que Carlo era culturalmente cristiano, pero no tenía ni idea de que Carlo fuera un ferviente creyente.
  • Otro amigo de Carlo, Michele del Vecchio, dijo que él y Carlo montaban juntos vídeos divertidos de sus mascotas.
  • En la escuela secundaria, los chicos alquilaban las comedias subidas de tono de principios de los 90 y las llevaban a casa de Carlo para verlas. Oldani y del Vecchio recordaban haber visto “Euroviaje censurado”, una comedia que empieza con Donny (Matt Damon) cantando sobre su aventura con la novia del protagonista (cita: «No puedo creer que esté tan confiado/Mientras yo estoy detrás de ella empujando»). La trama episódica implica después que el héroe se convierta accidentalmente en papa. A Carlo no parecía importarle.
  • Las hagiografías dicen que la fe era el centro de la vida de Carlo. Puede que sus padres lo vieran así. Pero en su escuela católica, su reticencia al tema era tan completa que cuando Carlo le dijo a Oldani que estaba haciendo una página web catalogando milagros, Oldani lo vio más como una expresión de la pasión de su amigo por la programación informática que otra cosa.
  • Del Vecchio era el único miembro no bautizado de la clase de Carlo. La gente se burlaba de él, diciendo que no era hijo de Dios. «Recuerdo que Carlo era el único —el único en mis cinco años de escuela— que nunca le dio importancia».
  • Carlo nunca intentó evangelizar a del Vecchio, mientras que la madre de Carlo era la que más ansiaba convertirlo. «Carlo a veces tenía que retenerla porque ella le decía: “¡Oh, Michele, rezo tanto por ti!”».
  • La versión de Carlo que se presentó para el proceso de beatificación es irreconocible para sus amigos.
  • Cuando le preguntaron al profesor de religión de Carlo si éste hablaba abiertamente de su fe en la escuela, respondió: «Que yo sepa, no». Fue testigo de que «era muy reservado. Era un poco “No dejes que la mano derecha sepa lo que hace la izquierda”».
  • Cuando su madre fue confrontada con la pasión de Carlo por “Los Simpson”, ella negó: «No tenía tiempo para ver la televisión. Enseñaba el catecismo, iba todos los días a misa. Y luego las oraciones. Y luego todas las buenas obras que hacía… Eso le ocupaba mucho tiempo».
  • Cuando le preguntaron por qué Carlo no compartía su fe con sus amigos del colegio, su madre insistió en que “tocaba” la vida de sus amigos.

ELOGIOS VATICANOS A TEILHARD DE CHARDIN

Noticia tomada de GLORIA NEWS. Comentario propio.
  

El cardenal José Tolentino Calaça de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, escribió un prefacio al libro de Mercè Prats, “Pierre Teilhard de Chardin. Una biografía”, publicado por la Libreria Editrice Vaticana.
  

El padre Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955), jesuita, filósofo y paleontólogo, fue censurado por el Santo Oficio por sus disparatadas ideas sobre la relación entre fe y ciencia, en particular por su creencia en el mito de la evolución.

Durante su pseudopontificado, el despistado Bergoglio se ha mostrado repetidamente “abierto” a la ideología de Teilhard, por ejemplo durante su viaje a Mongolia de 2023, citó su “Misa sobre el mundo” que dijo en el desierto de Ordos (en chino 鄂爾多斯/Èěrduōsī, préstamo del mongol ᠣᠷᠳᠣᠰ/ордос; del túrquico 𐰆𐰺𐰑𐰆/Ordu) cien años atrás.

Tolentino llama a Teilhard «una de las figuras más fascinantes y complejas del pensamiento del siglo XX».

Teilhard creía en el cuento de que el universo evolucionaba constantemente hacia una mayor complejidad y una conciencia más profunda:
«Esta “teología de la evolución”, como fue frecuentemente llamada, es una de sus percepciones más originales y provocativas. Para Teilhard, la evolución no es simplemente un proceso biológico, sino un movimiento cósmico que envuelve toda la creación», dijo Mendonça.
También ha reinterpretado la fe católica a la luz de los descubrimientos científicos [falsificados], provocando reacciones justificadas en el seno de la Iglesia.

En el artículo Dangerous Tendencies of Cosmic Theology: The Untold Legacy of Teilhard de Chardin”, John P. Slattery ha demostrado que Teilhard «apoyó inequívocamente las prácticas eugenésicas racistas» y «alabó las posibilidades de los experimentos nazis y menospreció a los que consideraba seres humanos imperfectos».
  
Estas ideas constituyen explícitamente la base de la teología cosmológica de Teilhard. Teilhard creía en la desigualdad racial, la aceptación de la violencia y el uso de la eugenesia para crear una humanidad más perfecta.
  
COMENTARIO: Hace 58 años, Fulton Sheen, ese héroe de los neocones y pseudotradicionalistas, le dedicó a Teilhard de Chardin (que inspiró Gáudium et Spes, como admitió Ratzinger) el capítulo sexto de su obra Huellas en un bosque oscuro, donde hace esta “profecía”:
«Al observar las diversas tendencias actuales, se observa que la concepción de la espiritualidad de Teilhard está en primer plano. Sabía que debía superar muchos obstáculos, pero se dirigía principalmente al mundo cósmico. Otros se han dirigido al mundo humano. Esto no quiere decir que Teilhard se limitara a la antropología y la física. Su orientación fundamental era alcanzar el cielo mediante la plenitud de la tierra. Cristificar la materia.
  
Es muy probable que dentro de 50 años, cuando todas las triviales y verbosas disputas sobre el significado del “desafortunado” vocabulario de Teilhard hayan desaparecido o hayan quedado relegadas a un segundo plano, Teilhard aparezca, como Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila, como el genio espiritual del siglo XX» [Mons. FULTON J. SHEEN, Footprints in a Darkened Forest (Huellas en un bosque oscuro), parte 2.ª “El hombre en la sociedad”, cap. VI “El origen del hombre en la sociedad”. Nueva York, Meredith Press, 1967, pág. 73 – Traducción propia).
Y Prats, en su entrevista con Pierantonio Piatti, secretario de la Pontificia Comisión para las Ciencias Históricas en L’Osservatore Romano (que le dedicó dos páginas a Teilhard de Chardin con el rótulo DESTACADO), lo llamó «un Moises del siglo XX». No, ya, que lo “canonicen” entonces como patrono de los racistas, eugenistas y psicofantes.

OBISPÓN DE OAKLAND AL ICRSS: «ITE, FARSA EST»


El obispón Michael Charles Barber Butt SJ de Oakland (California) anunció que a partir del próximo 20 de Abril, el neocón Instituto Cristo Rey y Sumo Sacerdote dejará de prestar sus servicios de la Nueva Misa Latina de 1962 en la parroquia de Santa Margarita María de Alacoque en Oakland.
  
La razón que aduce Barber es que su diócesis cuenta con suficientes presbíteros capacitados para celebrar en dicha forma, como el actual párroco de Santa Margarita María, el presbítero Glenn Naguit. Además, el ICRSS había solicitado hacía tiempo tener su propia iglesia.
  
Por ahora, el ICRSS estará en la Capilla del Santísimo Rosario en la Escuela para Varones de San Vicente en San Rafael (archidiócesis de San Francisco) hasta que consigan una iglesia propia.

XTantos PROGRE DEFIENDE A LA CÁRITAS IZQUIERDISTA

En otra de sus muchas publicaciones de propaganda, la cuenta de Twitter de “XTantos” salió en defensa de la Cáritas de Salt (Gerona), que apoyó la marcha izquierdista a favor del imán-okupa senegalés Kalilu Diawara, líder de la mezquita local Ahlu Sunna.
  
Cuando un usuario le respondió «Gracias a Cáritas, mi X no estará este año», la respuesta de XTantos vino que del Manual del progre: «Te explicamos: La misión de Cáritas es defender la dignidad de todos, sin alinearse con ideologías. Apoyamos el derecho a una vivienda digna y rechazamos el racismo y la violencia. En cualquier caso, marcar la X es un acto voluntario y libre».
   

Al contrario de lo que indica su nombre, la Cáritas no representa la caridad cristiana, sino la mera Filantropía (y ya para eso basta y sobra con la secta maldita de los masones). Y so capa de esa filantropía, la Cáritas se une a las ideologías de izquierda y al islamismo, y tiene el descaro de pedir dinero cristiano para tal fin. No solo en España, sino en Alemania, ArgentinaLuxemburgo, Estados Unidos, Suecia, y otros países. Las órdenes vienen desde el Vaticano, donde la buena administración es pecado mortal. Eso es traición, cobardía, APOSTASÍA. Y todo el que financia la apostasía se hace apóstata tambien, como declaraban las antiguas leyes seglares y canónicas españolas:
  • «De his qui, contra fidem Christi, Judǽis munus et favorem præstant. Tanta est quorúmdam cupíditas, ut quídam eam appeténtes juxta quod ait Apóstolus étiam a fide erráverint; multi quíppe hucúsque ex sacerdótibus átque láicis accipiéntes a Judǽis múnera perfídiam eórum patrocínio suo fovébant, qui non immérito ex córpore Antichrísti esse noscúntur, quía contra Christum fáciunt. Quicúmque ígitur deínceps epíscopus sive cléricus vel sæculáris illis contra fidem Christiánam suffrágium vel múnere vel favóre præstíterit, vere ut profánus et sacrílegus anathéma efféctus ab Ecclésia cathólica et regno Dei efficiátur extráneus, quía dignum est ut a Córpore Christi separétur qui inimícis Christi patrónus effícitur [De aquellos que prestan auxilio y favor a los judíos en contra de la fe de Cristo. Es tal la codicia de algunos, que por ella se separan de la Fe, conforme expresó el Apóstol, como que muchos sacerdotes y legos, recibiendo dones de los judíos, fomentaban su perfidia patrocinándolos; los que no sin razón se conoce ser del cuerpo del Anticristo, puesto que obran en contra de Cristo. Cualquier obispo, presbítero, o seglar, que en adelante les prestare apoyo contra la Fe cristiana, bien sea por dádivas, bien por favor, se considerará como verdaderamente profano y sacrílego, privándole de la comunión de la Iglesia Católica, y reputándole como extraño al reino de Dios, pues es digno que se separe del cuerpo de Cristo el que se hace patrono de los enemigos de este Señor (IV Concilio de Toledo, 5 de Diciembre del 633, canon 58). 
  • «De interdícto ómnibus Christiáni ne quísqui Judǽum quacúmque factióne átque favóre vindicáre, vel túeri perténtet: Ut nullus de religiósis cujuscúmque órdinis vel honóris, seu de palatínis mediócribus átque primis, vel ex ómnibus cujúslibet qualitátis aut géneris, ac príncipum vel quarumcúmque potestátum, aut obtíneat, aut subrépat ánimos Judǽos, sive baptizátos sive non baptizátos, in suæ observatiónis detestánda fide et consuetúdine permanére, sive eos qui baptizáti sunt ad perfídiam rítumve prístinum quándoque redíre. Nullus sub patrocínii nómine hos pro suæ pravitátis licéntia conétur in quíppiam deféndere. Nullus quocúmque arguménto aut factióne illis hanc defensiónem conétur nostri vel nostra postéritas nullaténus sortiámur, sed impéndere, per quam líceat eis óbviam sanctæ Fídei et Christiáno contrária cúltui palam, aut occúlte aliquátenus adtentáre, néquiter proférre vel tangére. Quod si quíspiam hæc præsúmpserit temeráre, si epíscopus fúerit, aut étiam ex cœ́teris cléricis átque religiósis, vel certe ex cunctis láicis quísquis deprehénsus exstúterit, a convéntu Catholicórum seclúsus, excommunicatióne ecclesiástica feriátur, et quártæ partis ómnium bonórum suórum amissióne mulctábitur, quæ fisco non dúbie quantócius connectétur. Dignum étenim est eos aliquámdiu a fidélium Christi societáte divélli, et rerum damno mulctári, qui adpónunt Christi amórem, et veritátis spéciem consénsu inimicórum ejus detestabíliter impugnáre [Que ningún cristiano debe amparar ni favorecer a los judíos, o intentar defenderlos: Ningún hombre de ninguna religión, ni de ningún orden, ni de ninguna dignidad, ni de nuestra corte, ni de pequeños, ni de grandes, ni ningún hombre de ninguna gente, ni de ningún linaje, ni de príncipes, ni de poderosos, se esfuercen ni amen en su corazón de amparar a los judíos que se no quisieren bautizar, de estar en su fe ni en sus costumbres, ni a los que son bautizados, de tornar en su perfidia ni en sus malas costumbres. Ninguno los ose defender por su poderío en ninguna cosa, por estar en su maldad. Ninguno se trabaje por darles ayuda, ni por razón, ni por hecho, por que vengan contra la santa Fe de los cristianos, ni probar, ni decir, ni tañer en ninguna cosa contra ella, ni en oculto, ni en manifiesto. Y si alguno amare de hacerlo, si es obispo, o clérigo, o de orden, o lego, que fuere de esto probado, sea apartado de la compañía de los católicos, y sea excomulgado por la Iglesia, y pierda la cuarta parte de toda su hacienda, y téngala el rey. Porque derecho es que aquellos sean apartados de la compañía de los fieles de Cristo, y que pierdan sus cosas los cuales se trabajan de contrariar el amor de Cristo y la verdad por los enemigos]» (Fuero Juzgo, Libro XII, título segundo, Ley 15).

Si a la Cáritas (y su jefe la Conferencia Episcopal Española que se ofreció a mediar para desbloquear la regularización de los inmigrantes ilegales) le urge tanto el dinero, que se la pida a Pedro Sánchez Pérez-Castejón y Begoña, a los “Cayetanos morados” Pablo Iglesias e Irene Montero, al ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes Félix Bolaños García (que intrigó ante el Vaticano de Parolin por medio de Cobito para remover a Santiago Cantera Montenegro por Alfredo Maroto Herranz como prior de la abadía del Valle de los Caídos con la falsa excusa de los tres trienios) o al mismo Kalilu Diawara, que harta pasta tendrán. O mejor, que se vayan al cuerno y se metan su X por donde puedan.

¿RONCALLI Y MONTINI COLABORADORES DE LA CIA?

Un documento de la CIA desclasificado el pasado 19 de Marzo por el presidente estadounidense Donald Trump al levantar el secreto de los archivos sobre el asesinato de John F. Kennedy presenta, entre otros elementos, que John Alexander McCone, director central de Inteligencia durante el gobierno Kennedy, mantenía reuniones en el Vaticano con Juan XXIII bis Roncalli y Pablo VI Montini, que pudieron ser agentes o informantes habituales de la CIA.
  
El informe de siete páginas con el título “Joyas de la famila”, redactado por Walter Elder, asistente de la Oficina del Director de la Agencia Central de Inteligencia el 1 de Junio de 1973 a su superior William Egan Colby y con sellos de “SECRETO/SENSIBLE” y “SOLO PARA LOS OJOS” [= Solo para personal autorizado], menciona que, al recordar una conversación reciente con McCone, buscó en sus memorias y los archivos de este sobre “operaciones especiales” que «podían interpretarse como ejemplos de actividades que exceden las instrucciones de la CIA», como una interceptación en el consulado francés en Washington DC en 1962 o inocular un agente contaminante a un cargamento de azúcar cubano que iba rumbo a la Unión Soviética.

Interesantemente, en la página seis, Elder escribe:
«16. Finalmente, y esto reflejará mi educación protestante en el Medio Oeste, las relaciones de McCone con el Vaticano, incluidos el Papa Juan XXIII y el Papa Pablo VI, podrían causar sorpresa en ciertos círculos».

McCone, empresario y político republicano hijo del industrial Alexander John McCone y de Margaret J. Enright Duncan, había sido designado director de la CIA por John F. Kennedy a instancias de su hermano el Fiscal general Robert el 29 de Noviembre de 1961 luego de exigirle la renuncia a Allen Dulles tras el fracaso de la “Operación Mangosta”, la invasión por mercenarios cubanos exiliados a Bahía de Cochinos (McCone, director de la Comsión de Energía Atómica durante el gobierno del general Eisenhower, no era la primera opción para el cargo: Kennedy inicialmente propuso a su abogado personal Clark Clifford –quien declinó la oferta– y luego al abogado de Wall Street Fowler Hamilton –que después sería nombrado director de la USAID–).
   
John Alexander McCone durante una sesión del Subcomité Especial del Comité de Relaciones Exteriores del Senado en el marco de la investigación ITT-Chile (27 de Marzo de 1973)

El día anterior a su nombramiento (y tres días después del suicidio de su primera esposa Rosemary Cooper), John Alexander McCone había ido al Vaticano como representante oficial de los Estados Unidos para la misa solemne en ocasión de los 80 años de edad de Roncalli. Dos años después, a petición de Kennedy, regresó al Vaticano para solicitar una audiencia con él. Así relató el historiador alemán Hans-Jakob Stehle en su libro Eastern Politics of the Vatican, 1917–1979 (Política Oriental del Vaticano, 1917–1979) esa audiencia:
«Estamos, pues, después de Abril de 1963. Los estadounidenses están preocupados por la reciente gira de un enviado de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, el arzobispo [Agostino] Casaroli, a Hungría y Checoslovaquia, la primera desde 1945. McCone también transmitió al Papa las reservas de la administración Kennedy respecto a su encíclica Pacem in Terris, que podría, se creía al otro lado del Atlántico, alentar a los sacerdotes sudamericanos a unirse a los movimientos comunistas.
  
Durante esta reunión, Juan XXIII le preguntó a McCone: “¿Tiene el gobierno de Estados Unidos simpatías comunistas?”.
  
“Por supuesto que no”, respondió este último.
  
“Sin embargo, Estados Unidos mantiene relaciones diplomáticas con la URSS” [repuso Juan XXIII].
  
“Eso es diferente. Hay razones prácticas, como el comercio” [dijo McCone].
  
“Bueno, el Papa también tiene su propio negocio. El comercio de almas”, respondió el Papa. “Debe pensar en el bienestar de los católicos de Europa del Este. Debe trabajar por la paz. Estas son sus razones para mantener una línea de comunicación abierta con el mundo comunista”».
Con todo, hay que abonarle a McCone que, durante su dirección de la CIA, él le sugirió a Kennedy imponerle sanciones económicas a Israel por su programa nuclear secreto (lo que fue ignorado por su sucesor Lyndon B. Johnson), y desaconsejó apoyar el golpe de Estado contra el primer presidente de Vietnam del Sur Jean Baptiste Ngô Đình Diệm (que al final Kennedy apoyó por consejo del Departamento de Estado, con las consecuencias que son de público conocimiento).
   
Juzgue el lector los alcances e implicaciones de este hallazgo, sabiendo que en los años de la Guerra Fría, por una parte, Estados Unidos pudo ejercer alguna influencia en el cónclave de 1958; y por otra, la Ostpolitik casaroliana tan elogiada e imitada por el actual Secretario de Estado vaticano Pietro Parolin Miotti (que tuvo su origen en la Pacem in terris que cambió la perspectiva eclesiástica sobre el comunismo, haciendo que el Vaticano II no lo condenase) fue una capitulación que solo sirvió para reforzar la política anticatólica de los países tras el Telón de Acero como Hungría, Checoslovaquia, Polonia y la Unión Soviética (la Albania de Hoxha fue más allá, al constituirse el primer país oficialmente ateo al prohibir toda religión), en lo que representó, citando a Roncalli, un «comercio de almas» a cambio de relaciones diplomáticas. Ítem, que algún conocimiento debían tener los servicios de inteligencia sobre Roncalli y Montini para tal fin.
  
Para la redacción de este artículo, se empleó material de LA CROIX, y otras fuentes.
   
JORGE RONDÓN SANTOS
1 de Abril de 2025 (Año Santo de Cristo Rey).
Martes de la 4.ª Semana de Cuaresma. Fiesta de Santa María Egipcíaca, Penitente; de San Melitón de Sardis, Obispo y Padre de la Iglesia; de Santa Teodora de Roma, Mártir de la Fe; de San Hugo de Châteauneuf, Obispo de Grenoble; y de San Celso, Arzobispo de Armagh. Nacimiento de José de Maistre; de la sierva de Dios Margarita Occhiena Bossone, madre de San Juan Bosco; del bienaventurado Luis Pavoni, Sacerdote y confesor; del bienaventurado Luis Ceferino Moreau, Obispo de San Jacinto (Canadá) y fundador de las Hermanas de San José y las Hermanas de Santa Marta; y del bienaventurado Dom Columba Marmion OSB, abad de Maredsous. Tránsito del Beato Nuño de Santa María Álvares Pereira O. Carm.; y del bienaventurado Carlos I de Habsburgo-Lorena-Este, Emperador-Rey de Austria-Hungría. Martirio de los bienaventurados José Anacleto González Flores, Luis Padilla Gómez y los hermanos Jorge y Ramón Vargas González. Masacre de la calle Arnon en Belfast (Irlanda del Norte); aniversario de la victoria del Generalísimo Francisco Franco y fin de la Guerra Civil Española; inauguración del Monumento a los Caídos en el Valle de Cuelgamuros (San Lorenzo del Escorial, España); bombardeo estadounidense de la ciudad de Schaffhausen (Suiza); comienzo de la Guerra de los Cuatro días en Artsaj/Nagorno Karabaj. Hallazgo del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén. Primera Misa en Puerto San Julián (prov. Santa Cruz, Argentina).

BIENAVENTURADO LUIS PAVONI, PRECURSOR DE SAN JUAN BOSCO

    
Luis Pavoni fue uno de los predecesores de San Juan Bosco en la educación de los niños huérfanos y desamparados. Nació en Brescia de Lombardía el 11 de Septiembre de 1784, el mayor de cinco hermanos. Sus padres eran Alejandro Pavoni y Lelia Pontecarli, descendientes de familias nobles y con suficientes riquezas para mantener su posición. Luis era de carácter serio desde niño; su hermana Paulina declaró: «Luis fue desde niño muy devoto, en tanto que yo era muy traviesa». El joven empezó a descubrir su vocación durante las vacaciones que pasaba en Alfinello, donde jugaba con los hijos de los campesinos y les enseñaba el catecismo. En cierta ocasión arrojó desde la ventana su camisa a un mendigo que tiritaba de frío en la calle. Luis tenía aptitudes para las bellas artes y probablemente habría sido un buen pintor o arquitecto, pero a nadie sorprendió que decidiese estudiar para sacerdote. Como la Revolución había acabado con todos los seminarios, el joven tuvo que estudiar bajo la dirección de los dominicos, teniendo entre sus profesores al padre Carlo Domenico Ferrari Rossetti (futuro obispo de Brescia), hasta que fue ordenado sacerdote en San Pedro en Oliveto el 21 de Febrero de 1807 por el obispo de Bérgamo Giovanni Paolo Dolfin Laghi CRL.
   
El P. Pavoni no tenía cargo fijo, sino que ayudaba en diversas parroquias de Brescia, particularmente en los “oratorios” fundados por el P. Manelli y algunos otros. En este género de trabajo demostró extraordinaria habilidad. En 1818, cuando sólo tenía treinta y cuatro años, fue nombrado canónigo de la catedral de Brescia y párroco de San Bernabé. Junto a la iglesia había un antiguo convento de agustinos, en una de cuyas secciones se alojaba el párroco, en en tanto que el resto servía de almacén militar. El nuevo párroco concibió el proyecto de transformar el edificio en “oratorio permanente”, es decir en un instituto que albergase en un ambiente de familia y preparase para la vida a los niños abandonados. Viendo todas las dificultades que se oponían a su proyecto el P. Pavoni lo consultó con el crucifijo y tuvo la impresión de que Cristo le animaba a lanzarse a la empresa.
   
El obispo, Monseñor Gabrio Maria Nava Gemelli, le prometió su apoyo, y el P. Pavoni inauguró su oratorio en un rincón del antiguo monasterio, llamado “el nido de ratas”. El primer oficio que eligió para sus chicos fue el de impresor. Los veinte años siguientes de la vida del beato son un tejido de notables éxitos y enojosas negociaciones con las autoridades para conseguir el permiso de imprimir y de utilizar todo el monasterio para el orfanatorio. En aquella época, Lombardía dependía aún de Austria; la Revolución Francesa y Napoleón seguían ejerciendo su influencia y la voz del difunto José II de Austria («nuestro hermano el sacristán»), todavía se dejaba oír. Como el deseo de independencia agitaba ya al pueblo, las autoridades veían con gran desconfianza la fundación de una imprenta italiana. En cuanto a la cuestión del monasterio, aunque el gobernador austríaco admiraba al P. Pavoni, era demasiado josefinista para devolver a la Iglesia una propiedad que el Estado le había arrebatado. Además, las dificultades inherentes a toda burocracia eran aún más grandes en Lombardía.   En 1823, se concedió al P. Pavoni la licencia de imprimir (aunque la imprenta ya estaba funcionando desde antes), pero el permiso de ocupar el monasterio entero no se le concedió sino hasta 1841. Con la ayuda de sus generosos bienhechores, entre los que se contaban Mons. Nava y la hermana del beato, Paulina Trivellini, pudo éste instalar por fin una escuela de oficios, de dibujo y de música. Naturalmente, no le faltaron las dificultades pecuniarias.
   
En 1832, el trabajo de la imprenta del oratorio se distinguió en la exposición de Brescia y el año siguiente, el Papa Gregorio XVI alabó la fundación como «Cosa buona» (una buena cosa). Pero en 1836, la fundación tuvo que hacer frente a los efectos del cólera, que dejó en Brescia a centenares de niños huérfanos. Entre las enfermeras que más se distinguieron durante la epidemia, se hallaba Paula de Rosa, fundadora de las Siervas de la Caridad, quien sugirió a Mons. Pinzoni que organizara una escuela para niños sordomudos. Dicha escuela se confió al P. Pavoni. Por otra parte, el gobernador civil le pidió que se encargase también del Orfanatorio de la Misericordia. La generosa conducta del beato logró por fin que el Concejo Municipal le regalase el edificio de San Bernabé.
   
Luis Pavoni era un hombre de mediana estatura, robusto y de cabello sedoso. Era de temperamento ardiente e impulsivo y hablaba con soltura y autoridad. La paciencia y serenidad que había adquirido a fuerza de dominarse, producían una impresión de energía reprimida. Era un hombre bastante culto, de intereses variados y equilibrados. No era superficial, pero tampoco puede decirse que fuese un sabio. Su ideal de la educación, muy abierto, consistía en formar a todo hombre para que pudiese ser realmente bueno. Hay que notar que, cincuenta años antes de la publicación de la “Rerum novárum”, el beato comprendió la trascendencia religiosa de la justicia social y la puso en práctica con sus empleados. Aunque muchos de sus chicos eran literalmente el desecho de la sociedad, el P. Pavoni estaba decidido a hacer de ellos hombres buenos, buenos trabajadores, buenos ciudadanos y buenos cristianos. Sus métodos pedagógicos, como los de San Juan Bosco, consistían más bien en prevenir y alentar, que en reprimir. El beato prefería la bondad a la severidad. «El rigorismo –decía– no lleva a nadie al cielo». Sin embargo, no faltarán sin duda quienes encuentren todavía demasiado severos los métodos del P. Pavoni, olvidando que el material humano que tenía que educar no era precisamente fácil. El P. Pavoni deseaba que en el oratorio hubiese una atmósfera de familia y no de institución. Basta con leer un poco sobre su manera de tratar a los chicos para convencerse de que se trataba de un santo «que amaba a los niños de todo corazón, y al que éstos pagaban con la misma moneda». El P. Pavoni expulsaba sin piedad a los malos elementos para evitar que corrompieran a los buenos; pero, en vez de abandonarles a su suerte, seguía velando por ellos fuera del oratorio.
   
Cierto que la elección del “Tratado de la Perfección” del P. Alonso Rodríguez de Valladolid como libro de lectura espiritual para los niños, no era de lo más acertado. Pero había en cambio, cosas magníficas. Por ejemplo; el beato consideraba tan importante la cocina, que el cocinero y sus ayudantes estaban bajo la vigilancia inmediata del director, quien les exigía buena comida, puntualidad y buenas maneras con los niños; el vino no estaba prohibido, simplemente había que beberlo «con discreción»; una de las formas de recreo que más recomendaba el beato a sus católicos era la representación de comedias. Esto último significaba atraerse las críticas de la sociedad bienpensante de la época, y ni siquiera la presencia del obispo, de los seminaristas y de los alumnos del colegio de los jesuitas, en la primera representación teatral del oratorio, consiguieron acallarlas del todo.
   
Durante largos años el beato había acariciado el proyecto de fundar una congregación religiosa que se encargase de continuar su obra. Poco a poco había elaborado las reglas y constituciones de una congregación de sacerdotes y hermanos legos que debían trabajar en sus oficios respectivos. Después de pensarlo y orar mucho, consultó el asunto con Mons. Nava y con el cardenal Angelo Mai, quienes le alentaron a realizar sus planes. Esto decidió al P. Pavoni a poner manos a la obra, a pesar de las críticas de quienes consideraban indigno de un religioso enseñar artes y oficios, aunque encontraban muy normal que enseñase ciencias y literatura. No faltaba razón a Santa Teresa cuando pedía a Dios que la protegiese de los tontos piadosos…
   
El beato compró una propiedad para el noviciado, en Saiano, cerca de Brescia; restauró los antiguos edificios; estableció una colonia agrícola y trasladó ahí la escuela de sordomudos. En 1844, obtuvo de la Santa Sede el permiso de recibir novicios. Pero para ello necesitaba también la licencia de las autoridades civiles austríacas, de suerte que pasaron todavía tres años antes que la congregación de los Hijos de María Inmaculada quedase formalmente fundada [1]. El 8 de diciembre de 1847, Luis Pavoni, que había sido nombrado previamente superior general, hizo la profesión religiosa. El día anterior había renunciando a la canonjía y transferido a la nueva congregación los títulos su casa de Brescia, de sus propiedades personales y de los edificios de San Bernabé y de Saiano. Sin duda que, junto con la cruz de canónigo, renunció también a la condecoración de caballero de la Corona de bronce que le había conferido en 1844 el emperador Fernando I. En esa ocasión, el beato había comentado en privado: «¿Por qué no me mandó el emperador un saco de harina para la comida de mis chicos en vez de esta medalla?».
   
Poco después de fundada la congragación, estalló la rebelión de los lombardos contra Austria. La situación fue haciéndose más angustiosa de día en día. En enero de 1849, el gobierno impuso una gravosa multa a la ciudad de Brescia; los ánimos se enardecieron tanto, que el beato juzgó prudente clausurar su querida imprenta. La tormenta se desató el 26 de marzo, con lo que se llamó “la década de Brescia”. Al día siguiente, el beato partió con todos sus chicos a Saiano, bajo una lluvia tempestuosa. Cuando pasó por Torricelle, su hermana Paulina quiso prestarle un carruaje, pero el anciano se rehusó, diciendo: «No, yo puedo ir a pie como mis chicos». Finalmente la caravana llegó a su destino, exhausta y empapada. El beato subió todavía a la cumbre de la colina para ver arder Brescia y el oratorio en el que había pasado treinta años de su vida. En ese momento tuvo el primer espasmo cardíaco, que había de llevarle a la tumba en unos cuantos días.
   
El párroco de Santa María le mandó inmediatamente a la cama, y el P. Pavoni obedeció. Era la primera vez que se acostaba en sábanas de lino, desde que había salido de la casa de su padre. Poco a poco se fue debilitando; murió una semana más tarde, a los sesenta y seis años de edad, entre las lágrimas de sus hermanos y de sus chicos. Era el Domingo de Ramos, 1 de abril de 1849. La víspera, el beato había oído todo el día y toda la noche el rugido de los cañones que bombardeaban la ciudad de Brescia.
   
El P. Pavoni fue sepultado en Saiano. Su cuerpo fue más tarde trasladado a Brescia, donde reposa actualmente en la iglesia de la Inmaculada. La causa de beatificación se introdujo en 1919; veintiocho años más tarde, en 1947, Luis Pavoni fue solemnemente beatificado.
   
Según parece, todas las biografías del beato están escritas en italiano. El canónigo Luigi Traverso publicó en Monza, en 1928, Un Apostolo della Gioventù derelitta; se trata de una biografía muy completa, resumida por Giovanni della Cioppa en Lodovico Pavoni (1946), con algunas correcciones. Vale la pena leer la selección de cartas del beato, Lettere del Servo di Dio P. Lodovico Pavoni, que revelan a ese hombre tan simpático y tan poco conocido fuera de Italia.
  
NOTA
[1] No hay que confundir esta congregación, también conocida como pavonianos, con la de los Hijos de la Inmaculada Virgen María, fundada en Luzón de la Vandea por el Venerble Luis Baudouin en 1928.

LA MASONERÍA CONTRA EL EMPERADOR CARLOS I DE AUSTRIA

Traducción por ADELANTE LA FE del artículo publicado por Paolo Maria Siano FI en CORRISPONDENZA ROMANA.
   

El último emperador de Austria fue Carlos I de la Casa de Habsburgo-Lorena-Este (1887-1922), quien también reinó bajo los nombres de Carlos IV, Rey de Hungría y Carlos III, Rey de Bohemia.

Ya en el siglo XIX estaba claro que el proyecto masónico de una gran República universal y europea implicaba la ruina de la monarquía católica de los Habsburgo (ver aquí). Los dos volúmenes de la Posítio super virtútibus también muestran la gran lucha de la Masonería contra el bienaventurado Carlos I de Austria (cfr. Congregátio de Cáusis Sanctórum, Vindobonénsis. Beatificatiónis et Canonizatiónis Servi Dei Caróli e Domo Áustriæ Imperatóris ac Regis (1887-1922) – Posítio super virtútibus et famæ sanctitátis, vols. I-II, Roma 1994). De la Posítio citaré volumen y página.
   
He aquí una breve reseña histórica del Siervo de Dios.
   
Convertido en Emperador en 1916, hizo de todo para alcanzar la paz, pero en junio de 1917 la masonería presiona para la caída de la Casa de Habsburgo. En noviembre de 1918, Carlos concluye el armisticio. En 1919 parte al exilio estableciéndose en Suiza. En abril y octubre de 1921 hay dos intentos de regresar a Hungría. El 24 de octubre de 1921, Carlos es arrestado. En noviembre de 1921 es entregado a los británicos y deportado a la isla portuguesa de Madeira. En febrero de 1922, debido a la pobreza en la que se encuentra, tiene que trasladarse a una malsana casa en la montaña. Después de aproximadamente un mes, comienza su enfermedad en los pulmones y definitivamente tiene que permanecer en cama. El 31 de marzo de 1922 sus condiciones empeoraron, el fin es inminente. El 1 de abril de 1922 murió el Siervo de Dios (Posítio, vol. I, págs. 225-228). La esposa del bienaventurado Carlos, Su Majestad Zita de Borbón-Parma (1892-1989) Emperatriz de Austria y Reina de Hungría, Gran Cruz de Honor de la Soberana Militar Orden de Malta, subdivide
«en tres etapas principales la actividad de la masonería con relación al Siervo de Dios:
a) Frustración de los intentos de paz, y ruina de la dinastía católica y de su jefe, a través de la revolución de noviembre del año 1918.
b) Intento en el año 1919 de ganar personalmente para sus propósitos al mismo Siervo de Dios, mediante un ofrecimiento repetido tres veces, en una época en que particularmente parecía no haber esperanza alguna para su regreso al trono.
c) Finalmente en el año 1922, un último intento de tender una mano salvadora al monarca ya destronado también en Hungría, prisionero, exiliado, renegado por todo el mundo, privado de todos los medios de vida, entregado a discreción con su esposa e hijos. Él tenía que renunciar a la corona que le había dado Dios, y esto como signo de renuncia a una tarea que Dios le había encomendado, para servirles de ahora en adelante y poner su esperanza en su ayuda» (Posítio, vol. I, págs. 596-597).
Respecto a la primera fase, Su Majestad Zita afirma:
«La decisión definitiva de la masonería de liquidar la monarquía austrohúngara fue adoptada con motivo del Congreso Eucarístico de Viena en el año 1912. El Siervo de Dios lo supo pocos días después. De una comunicación recibida sobre una resolución de la Gran Logia de Francia (las sesiones tuvieron lugar en Berna, Ginebra, París y Roma, y participaron también los masones alemanes) resulta que ya en el año 1915 el fin de la Casa de Habsburgo y el reparto detallado de la monarquía austro-húngara era una cuestión decidida y jurada» (Posítio, vol. I, pág. 541).
La Archiduquesa Isabel Carlota, hija de Carlos I, también habla de ese plan masónico del año 1915 dirigido a arruinar la monarquía austrohúngara y la Casa de los Habsburgo en cuanto católica. Ese plan detallado se implementó en los años 1918-19. Carlos I lo tuvo en sus manos recién en 1917. En ese documento masónico fechado el 28 de mayo de 1915 (adjuntado al expediente) se afirma que el gobierno inglés y el francés deben considerar que la masonería quiere la ruina de la Casa de Habsburgo al igual que la de los Borbones (cf. Posítio, vol. I, págs. 153-154).
    
Descubrí que la Revista Masónica del Gran Oriente de Italia del 1 de enero de 1914 (págs. 3-7) publicó la traducción de un artículo de la revista The American Freemason en el que un diplomático anónimo y masón preconiza la caída de las monarquías, incluida la de los Habsburgo (pág. 6).

En la segunda fase, en Suiza, el Siervo de Dios es abordado en tres ocasiones por miembros de la masonería que le ofrecen esa Corona que le han quitado. A cambio, piden libertad para las logias masónicas y concesiones laicistas con relación a las escuelas y al matrimonio. El Siervo de Dios rechaza el pedido. Su respuesta a las propuestas masónicas es: «Lo que he recibido de Dios no puedo aceptarlo de manos del demonio». Tras el rechazo a los masones, también aparecen en la prensa suiza artículos contra el Siervo de Dios (cf. Posítio, vol. I, págs. 173-174).

El Conde Nicolás Revertera da a conocer al Siervo de Dios un mensaje de un francmasón de Berna, el «Dr. Adolf Rundzieher»: que entre en la masonería y en el término de dos años le será restituido el trono. Carlos rechaza la propuesta: es mejor perder el trono que formar parte de una organización enemiga de la Iglesia. Otro francmasón, un tal De Szék (se dice que tenía buenas relaciones con el príncipe Arturo del Reino Unido, Duque de Connaught) se acerca a Carlos pero éste rechaza otra vez las propuestas masónicas (cf. Posítio, vol. I, pág. 175).
   
El cuñado del bienaventurado Carlos, el Príncipe Francisco Javier de Borbón-Parma [pretendiente carlista al trono de España como Javier I, padre de S. A. R. Don Sixto Enrique y del traidor Carlos Hugo, N. del E.] informa que «probablemente bajo presión» de los círculos judíos que con el surgimiento del movimiento alemán y de los nuevos Estados temían un nuevo antisemitismo, algunos ambientes masónicos cambian de estrategia y proponen al Siervo de Dios su regreso a Viena y, «con la ayuda de los Estados Unidos» y «con un poderoso apoyo de naturaleza financiera», la restauración política y económica de Austria-Hungría.

Sus condiciones: el Emperador debe reconocer y proteger a la masonería y aceptar la influencia laicista en la escuela y el matrimonio. Carlos rechaza la propuesta. Los masones se presentan por segunda vez pidiendo ya no más un reconocimiento oficial de la masonería, sino solo tolerancia. Carlos rechaza el pedido y luego le dirá al Príncipe Javier:
«Humanamente hablando, me darían todas las garantías para retomar el control de mis Estados y de todas partes fue ejercida sobre mí una poderosa presión para que no rechazara esta última oportunidad. Pero ante Dios no puedo justificar obtener el bien con la ayuda del mal. Para ello no habría bendición alguna».
Los masones se presentan por tercera vez y piden nuevamente tolerancia para la masonería, la escuela y matrimonio no confesional. Carlos se niega aunque esos masones le hagan «las amenazas más graves contra él, su futuro y sus hijos» (Posítio, vol. I, págs. 175-176).

La archiduquesa Isabel Carlota también se refiere a los intentos masónicos que tuvieron lugar en Suiza desde junio de 1919 y especifica que el masón del segundo intento era húngaro (cf. Posítio, vol. I, págs. 256-258) [este masón era Pablo Teleki Muráti, conde de Szék, primer ministro de Hungría entre 1920 y 1921 y luego entre 1938 y 1941, año en el que se suicidó (un pariente suyo, Samuel Teleki, fue explorador en África descubriendo los lagos Rodolfo y Estefanía –actuales Turkana y Chew Bahir respectivamente–, donde fue conocido como Bwana Tumbo, el “Señor Panza”), N. del E.].
   
Después de haber rechazado el tercer intento de los masones, el Siervo de Dios confía a su esposa: «La suerte está echada. Ahora nos irá mal en toda la línea». Ella le dice: «Ahora estos serán enemigos inexorables». «Sí», responde con mucha seriedad; y luego agrega con calma: «Nunca hubiera aceptado del diablo lo que Dios me ha dado» (Posítio, vol. I, págs. 594-595).

Su Majestad Zita informa que el Siervo de Dios debe abandonar Suiza, fue arrestado en Hungría y deportado a la isla de Madeira:
  • «[…] Según decisiones de las distintas grandes potencias adoptadas en conferencias secretas se estableció que el Siervo de Dios debía ser separado de mí y de los niños, deportado a una isla lejana y sometido allí a las más duras condiciones de vida. […] Pero antes de que esto sucediera, al Siervo de Dios, que ahora era posible que hubiera aprendido a sus costas, debía serle ofrecida por última vez la posibilidad de salvarse con vida y familia. Quizás después de todo esto sería más dócil en el futuro y sometido a los planes de la masonería. El cónsul inglés en Madeira visitó dos veces al Siervo de Dios. La primera vez, para comunicar en nombre de la conferencia de embajadores, en particular de Inglaterra, que, si el Siervo de Dios hubiera abdicado, todos los activos que le habían quitado le hubieran sido devueltos y, además, Inglaterra seguiría subvencionándolo materialmente. Si no abdicaba, estaba garantizado que nunca más se le restituiría nada, no se permitirían prerrogativas de Inglaterra y también se impediría cualquier cesión y envío de dinero a otra parte. El Siervo de Dios respondió al cónsul que su corona no era vendible. La segunda vez vino a colocar ante él como una amenaza en nombre de los mismos mandantes su mencionada separación de nosotros y el traslado a otro lugar, en el caso de que existiera tan solo alguna sospecha de que él planeaba un nuevo intento de restauración» (Posítio, vol. I, pág. 595).
  • «Inglaterra no admitiría ninguna prerrogativa y también se habría impedido cualquier asignación y envío de dinero a otros lugares. El Siervo de Dios respondió al cónsul que su corona no era vendible. La segunda vez vino a poner ante él como amenaza en nombre de los mismos ordenantes la citada separación de nosotros y el traslado a otro lugar, caso existiera tan solo la sospecha de que él estuviera planeando un nuevo intento de restauración» (Ibid.).
Su Majestad Zita prosigue: «Yo estaba terriblemente asustada, pero el Siervo de Dios me consolaba: ´Debemos confiar en Dios; el Sacratísimo Corazón de Jesús ya dirigirá todo de tal manera que se cumpla la Divina Voluntad, sea la que sea. Y con esto debemos estar tranquilos y felices”» (Posítio, vol. I, págs. 595-596).

En condiciones de extrema pobreza, obligado a vivir en una casa fría y húmeda, el Siervo de Dios se enferma de bronquitis que luego degenera en pulmonía. El 27 de marzo de 1922, el Siervo de Dios se confiesa con el P. Pablo Zsamboki. Después de la confesión, pide al sacerdote que se le acerque y le dice «en alta voz y con solemnidad»: «Perdono a todos aquellos que trabajaron contra mí, seguiré rezando y sufriendo por ellos» (Posítio, vol. I, pág. 213).

Cuando la noticia de su muerte se difunde en la isla de Madera, se oye una sola voz: «ha muerto un santo». Alguien, pensando en los sufrimientos del Siervo de Dios, añade: «Ha muerto el rey mártir» (Posítio, vol. I, pág. 221). 

MES EUCARÍSTICO - DÍA PRIMERO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.

PRÓLOGO QUE SE DEBE NECESARIAMENTE LEER
I. Así como ningún provecho causa la comida material que nos sustenta cuando se halla indispuesto el estómago, del mismo modo no hará provecho alguno el Cuerpo sacramentado de nuestro Señor Jesucristo, que es el sustento espiritual y manjar verdadero del alma, si al entrar no halla en ésta las disposiciones debidas. Vemos que son muchísimas las almas que frecuentan la sagrada Comunión; y con todo apenas después de muchos años han adelantado un paso en el camino de la virtud; señal que no se llegan a la mesa del Señor con la debida disposición.
   
II. A persuadir esta disposición se dirige este Libro, que te ofrezco como un tesoro el más apreciable del Cristiano. Ni presumas buscar en él otra cosa, que ejercicios de humildad, sentimientos de dolor, y afectos propios de una alma que suspira por unirse a su Dios, mediante este Sacramento de amor; y que luego derretida toda en acción de gracias, procura mostrarse agradecida. Para este fin me propuse ir en toda esta obra fundado precisamente sobre aquella pregunta del Padre Jerónimo de Ripalda; a saber es: «¿Qué debemos pensar antes de la comunión? Respondo: Quién viene en el Sacramento, a quién viene, cómo, y con qué fines». Porque según el parecer de aquel insigne ex-jesuita, en esta sola reflexión descubrirán las almas el medio más fácil y mas oportuno para llegar a comulgar el verdadero Cuerpo del Señor,

III. El motivo de no darse este Sacramento a los que carecen del uso de la razón, no es mas sino porque no pueden discernir ni alcanzar lo que en este Sacramento se encierra; y de aquí es, que para hacer perfecta la disposición de recibirle, es menester la consideración de lo que aquí se contiene. «Cuando te sentares a comer a la mesa del Príncipe», dice el Espíritu Santo (Proverbios 23, v. 1), «atiende con mucho cuidado a lo que te se pone delante». Pues observa este importante aviso cada vez que vas a sentarte a la mesa, no de un Príncipe de la tierra, sino del Supremo Rey de Reyes, formando un vivo concepto y la idea mas alta que рuedas, de su divinidad y Real presencia, conociendo que este es un Sacramento que bajo de aquellos velos que sirven de objeto a tu vista, se oculta el verdadero Maná del Dios hombre, que solo por la fe se puede ver.
   
IV. Guiado pues de esta soberana luz de la fe, en cuyo obsequio debes sacrificar todos los sentidos de la razón y todos los discursos del entendimiento, debes pensar antes de la comunión, que el que viene a ti en la hostia consagrada es Jesucristo todo entero, con todos sus miembros perfectos y distintos, y las venas con su preciosísima Sangre; el Alma santísima que les da vida con sus infinitos merecimientos; todo esto unido con la Persona del Verbo Eterno con su Divinidad; el mismo Señor que nació de las purísimas entrañas de la Virgen María, que padeció, murió, resucitó, y está a la diestra de Dios Padre, que fue engendrado ab ætérno de su Padre: igual con él en la naturaleza y deidad; debes por último pensar que vas a recibir a todo Dios Trino y Uno, por ser inseparable la Persona del Verbo de la del Padre y la del Espíritu Santo.

V. Reflexiona bien que recibes al Príncipe de las eternidades: la primera nobleza de los Cielos, la infinita sabiduría increada, la suprema Majestad, al Señor absoluto de todo lo criado, al Eterno en poder y majestad, a la fuente de todos los bienes y de todas las perfecciones. En una palabra, vas a recibir a tu Dios, tu Criador, tu Padre, tu Pastor, tu Maestro, tu Capitán, tu Redentor, tu Señor, tu Juez y todo tu mayor tesoro. Atiende pues, si a tan soberana Majestad es justo que le recibas con temor, amor, reverencia y humildad.

VI. Piensa lo segundo a quién viene; que es a ti, por tu cuerpo un poco de barro, hijo del polvo y nieto de la nada: por tu alma, un soplo tan soberbio y desvanecido, que olvidado de tu primer ser, has cometido contra tu mismo Dios tantos pecados, que por el menor de ellos merecías muchos infiernos: a ti viene, que eres un miserable gusanillo, vilísima criatura, llena de ignorancias y flaquezas; la suma pequeñez, juguete del tiempo, heno despreciable que en este instante está verde, y al otro se marchita y seca; ligero humo, que cuando crece se desvanece; un sueño, cuyo ser es fantástico y aparente; una sombra, que pareciendo algo, es nada; un agregado vanísimo de vanidades, ejemplo de la miseria, juego de la fortuna, imagen de la mudanza, epilogo de todas las desdichas; y según tus culpas debes pensar que eres esclavo del demonio, reo de lesa Divina Majestad y digno de todo aborrecimiento. Mira si te sobran los motivos para confundirte y humillarte.

VII. Piensa lo tercero cómo viene; y te dirá la fe que viene como Dios y como hombre, vivo, entero y glorioso, como está en los cielos, siendo para ti Rey, Sacerdote, Pastor, Oveja, Sacrificio, Cordero, y un todo, dándote todo cuanto tenia que dar de las cosas divinas y humanas, de las celestiales y terrenas; pues siendo Señor de todas, entregándose a ti, te entregó con él todo el dominio.

VIII. Finalmente, viene Sacramentado, embozado en los accidentes de pan y vino, para que ejercites la fe con mayor mérito, logrando con ella los frutos de este inefable misterio; para disimular así encubierto con el velo de estos accidentes, y no castigar con rigor tus groserías, mostrando así su indecible bondad y misericordia. Se oculta bajo de estos humildes velos, para evitar la burla que harían los infieles de nuestra sagrada Religión; para esconder su hermosura a los indignos; para probar y experimentar el amor y fidelidad de los suyos; para templar el inmenso resplandor de su Cuerpo glorioso, que no pudieran mirar nuestros ojos flacos. Dióse pues Sacramentado, por atemperarse a nuestra flaqueza e instruirnos desde allí en el modo de servirle. Mira pues si hay motivos para venerarle, adorarle, y recibirle con limpieza y amor.

IX. Últimamente, debes pensar antes de la Comunión los fines con que viene, que no son otros que sustentar tu alma durante el destierro de este mundo con el sabroso Maná de su cuerpo y Sangre. Viene para asistir real y verdaderamente, aunque encubierto, a su Pueblo Cristiano, para que en esta larga peregrinación tuviésemos un alimento espiritual que nos conservara las fuerzas, las reparara después que por algún pecado las volviésemos a perder, nos prestara nueva virtud y vigor para caminar hasta el monte santo de su gloria, donde Lo esperamos ver cara a cara sin los velos que ahora nos Lo impiden mirar.
    
X. Viene con el designio piadoso de darnos una prenda y señal de aquel infinito amor con que dijo por San Juan, que porque nos amaba hasta el fin, estaría con nosotros hasta el fin del mundo: viene, para que, como redimidos con su Sangre preciosa, no se aparte jamás de nosotros el dulce memorial de su Pasión y Muerte: viene para unirte a Él con un vinculo estrecho de perfectísima caridad, para que por este medio goces tú, yo y todos los fieles cristianos el estar pegados como miembros a nuestra legitima cabeza, que es Cristo. También se propone por fin el que, pues concurrimos con nuestras culpas a su deshonra por mano del judaísmo, concurramos con amor y devoción a venerarle y restituirle su honra. Para estos y otros altísimos fines instituyó Cristo este divino Sacramento. Piensa pues, antes de la Comunión, las infinitas misericordias y liberalidades de este buen Dios, para llegar a recibirle con la disposición debida, y para que no pierdas los infinitos frutos que de esta buena disposición puedes recibir.

ΧΙ. Para mejor lograr esto te advierto, que aunque pongo, como verás, para cada día su distinta preparación, no pretendo por eso el que te sujetes a aquella determinadamente: puede acaso ser, por ejemplo, el día quince la comunión, y acomodarte mas la preparación del día ocho o nueve, por sentir más unción y fervor en las palabras de algunos de estos días, pues deja aquella preparación, y toma una de estos u otros días; pues el fin es, que aproveches, y sea por el medio que fuese.
   
XII. También te advierto que como apenas hay palabra que no sea del Espíritu Santo, que habla por las santas Escrituras, conviene que no leas sus palabras de priesa como suele suceder, sino que después de leer, te pares un poco, y rumies con la consideración la letra, bajo de cuya corteza se oculta el espíritu. Párate un poco a reflexionar qué es lo que aquellas voces te quieren decir; y si ocurriese el no sentir devoción, antes sí suma tibieza y flojedad, podrás decir estas palabras: «Hablad, Señor, que vuestro siervo oye»; y quedándote recogido un poco interiormente, pasarás luego a lo que sigue. Ni te canses o fastidies porque no sientas algunas veces la dulzura interior y suavidad que antes solías sentir; lo que entonces debes hacer, es ponerte a considerar si hay en ti algún defecto que enmendar: porque has de saber que es prueba de que el Señor te ama, cuando por medio de estas sequedades te avisa. No quiere en las almas, sus esposas, imperfección alguna; y así, para que las vayan enmendando las amonesta por estos caminos de tanta suavidad. Harás pues un breve examen, y si hallares alguna falta, la descubrirás a tu confesor, y darás palabra al Señor de enmendarla: y porque hay algunas almas sobradamente afligidas de los escrúpulos, advierto, que si (después de un diligente examen y de la confesión bien hecha) les ocurre, estando para comulgar, algún defecto leve, no es necesario se levante de allí para buscar al confesor y decírselo; bastará el que formen interiormente dolor de aquella falta, y comulguen. Pero, ¿y si lo hicieren pecado mortal, no siendo siquiera pecado venial, y de modo alguno se pudieren aquietar? Practiquen ciegamente lo que el confesor les mande; y no se metan en más.
    
XIII. Te aprovechará mucho también para lograr esta disposición el que frecuentes la comunión espiritual. Esta no es otra cosa, según el santo Concilio de Trento (Suárez, cap. 62, sección 1), que un deseo eficaz (se entiende verdadero, fervoroso) de recibir aquel Pan del Cielo, cuyo deseo junto con una viva fe, que por la caridad obra, hace que los que así espiritualmente comulgan, sientan en su alma el fruto y utilidad de aquel divino Pan. Los que así espiritualmente comulgan, decía San Alberto (Sermón 9. De la Sagrada Eucaristía), «sin comer comen; pues sin comer el Cuerpo de Cristo se alimentan de su soberano Espíritu»; esta se llama comunión afectiva y mental, porque a ella concurren tres actos, el entendimiento con fe viva de la caridad informada, cautivándose en obsequio de este altísimo misterio; la memoria, considerando los bienes que se contienen en este Pan divino; y la voluntad deseando el sumo bien de todos, bien incomparable, con un afectuoso deseo de recibirle: de suerte que aquí se contienen los tres actos de fe, esperanza y caridad perfecta. La fe, con la cual consideramos, que en este Sacramento está el Criador, Rey y Señor de todo lo criado, Dios de infinita majestad y perfección; un Dios hombre, amante de los hombres, que es su Padre, su Maestro, su Juez y su Glorificador. A vista de tanto bien se confunde la criatura, pues conoce su vileza, su indignidad y su nada. Contempla la honra que Dios la hace con dársele en este Sacramento; y de aquí nacen los deseos vivos, agudos, eficaces y fervorosos de recibir a Jesucristo.
  
XIV. De estas últimas palabras podrás inferir que no basta cualquier deseo; es menester que sea tan abrasado y encendido que comulgaras en aquel mismo instante, si en la realidad pudieras, teniendo grande apetencia de esta soberana comida. En virtud de esta dichosa hambre se ejercita el alma en el amor divino; y gozándose de la bondad, caridad, sabiduría, poder y liberalidad de Jesucristo, suspira con las mayores ansias por unirse con su Majestad, y desea que este Sacramento sea reverenciado de todos, de todos amado de un modo tan singular, que no haya quien no quiera gozar de sus bienes.

XV. Son máximos los efectos que esta comunión espiritual causa en nuestras almas: si bien es verdad, que nunca se pueden comparar con los efectos que causa la comunión real. Mayores efectos causó Cristo en la casa de Zaqueo que en la del Centurión, porque aquí fue solo para el criado: y allá fue para toda la casa: estuvo la diferencia en que Cristo entró realmente en la casa de Zaqueo; y solo fue deseado, y se tuvo fe de su poder en la casa del Centurión: por eso recibe mas copiosos frutos el que realmente comulga, que el que solo espiritualmente recibe el Cuerpo del Señor. Esto se entiende siendo una misma la disposición en ambos; porque si el que espiritualmente comulga, se aventaja en disposición al otro, mas copiosos frutos recibirá.
   
XVI. Los efectos de la Comunión espiritual son: reprimir los apetitos desordenados; pues el hambre de este divino Pan le hace sentir menos el hambre de los gustos viciosos; fecunda también el alma para el ejercicio de las virtudes; únela Cristo a Sí espiritual y amorosamente, más o menos, según ella se dispone. Para esta Comunión no hay tiempo ni lugar señalado; porque como consiste en actos interiores de entendimiento y voluntad, puedes hacerla siempre que gustes; y así en todas las horas del día puedes recibir de este modo a Cristo; y créeme, que esta comunión es la disposición mejor para recibir realmente el cuerpo de Jesucristo.

XVII. Ahora, como es preciso escribir para todas las almas, y la mayor parte de éstas no tendrán quien tal vez les enseñe el modo práctico de comulgar espiritualmente, porque no carezcan de este beneficio, diré en breves palabras el modo como se han de portar.
   
XVIII. No es posible que hasta que tengas tu afecto muy firme en Dios puedas hacer esta Comunión espiritual sin el socorro del retiro, en donde libre del ruido de las criaturas, puedas recoger toda tu alma para hablar con Dios. Buscarás pues un sitio acomodado para este fin, y (si no te lo embaraza alguna indisposición) te pondrás de rodillas delante de alguna imagen del Santísimo Sacramento, si no fuere en la Iglesia; te persignarás de espacio, dirás luego el acto de contrición, por si hay algún defecto interior; luego procurarás cerrar todos tus sentidos exteriores, y recogidos los interiores, cruzarás las manos sobre el pecho, humillarás un poco la cabeza, y acordándote de la Hostia consagrada, que tantas veces has recibido, te figurarás que está presente, y avivando tu fe, podrás decir estas palabras: «Soberano Señor, yo creo firmemente que en cualquiera parte que os quiera hablar, me oís. No soy digno de recibir el favor que os quiero suplicar; pero vuestra bondad que me ha movido el corazón para pedir, no me ha traído en balde a este lugar. Os deseo con vivas ansias recibir: mi alma se quiere unir con Vos; consoladla con vuestra presencia, y llenadla de vuestra gracia».

Hecha esta breve oración, callarás; y en tu interior, esto es mentalmente, repetirás tres o más veces las siguientes palabras: «Venid, Padre mío; venid, Salvador mío; Huésped dulcísimo de mi alma venid, venid, no os tardéis; apagad los deseos de mi corazón».
   
XIX. Dicho esto se figurará que Jesucristo viene, y se entra en su pecho. Ya que lo tenga, podrá decirle las palabras de la Esposa de los Cantares (cap. 3, v. 4): «Encontré al Amado de mi alma; lo cogí, y no lo soltaré». Después de esto, se podrá valer de algunas reflexiones, v. g. de su misericordia, bondad, o de aquel particular atributo que mas la mueva á ternura y devoción. Meditará en profundo silencio algún rato; y por último le dará gracias, haciéndole en recompensa del beneficio recibido algún particular obsequio; como por ejemplo el procurar adelantar su culto, hacer esta o la otra mortificación, privarse de alguna diversión o gusto, y cosas semejantes. Por el infinito amor con que este Señor nos ama, te ruego no olvides estas breves instrucciones; y para mejor practicarlas y aprovechar, busca un Confesor sabio, prudente, virtuoso y desinteresado. Jesucristo nos llene de su gracia. Amén.
   
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA PRIMERO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Cristo, Rey inmortal de los siglos, que en la parte exterior de la vestidura trae escrito: Rey de Reyes, y Señor de Señores (Apocalipsis 19, 16).

II. ¿A quién viene? A su siervo, que siendo deudor de diez mil talentos, no tiene siquiera la sexta parte de una dracma con que satisfacer tan crecida deuda (San Mateo 18, 24).

III. ¿A que viene? No viene con el designio de vender al siervo miserable, y cargar con todos sus bienes, sino para darle el precio de su Cuerpo y Sangre, con que pueda pagar; pues excede infinito a la deuda que pudo contraer.

Aspiración: Alégrate mucho alma mía, hija de Sion: rebosa en júbilos de placer, hija de Jerusalén: mira, tu Rey viene a ti, a ti viene tu Justo y Salvador (Zacarías 9, 8). Recíbelo con fe, abrázalo con amor, llega con mucha confianza, y prométele guardar su Ley, que el que la guarda, dice el mismo Jesús, será amado de su Padre, irá a él, y en él hará su mansión (San Juan 14, 21). ¡Oh palabras de imponderable consuelo! En tus manos, Señor, están los tesoros de cielos y de tierra: rico soy si a Ti me das: Tú solo me bastas para satisfacerte mis deudas: venid, pues, a mí, para que os pueda pagar: Tu abundancia supla mi pobreza, Tu amor mi deslealtad, y Tu inefable bondad mi suma ingratitud: Tu misericordia no me desampare.

ACCIÓN DE GRACIAS
I. Considera, alma mía, con los ojos de la fe a Jesucristo, como a un Rey infinitamente benigno y poderoso en medio de tu corazón; y a ti como a un reo sobremanera ingrato y desconocido, que después de haber contraído tantas deudas, cuantas son tus culpas, te resuelves llegar a su presencia, y profundamente humillado a sus pies le dices: aguarda un poco, Señor, ten paciencia en mi, y todo te lo pagaré (San Mateo 18, 26).

II. Ama a Cristo, alma mía, ámale con todo el corazón y con todas tus fuerzas, proponiendo firmemente no hacer cosa que sea contraria a su voluntad: nada le antepongas, con nada lo iguales, ni ames cosa alguna, que actual o virtualmente hacia este buen Dios no dirijas.

III. Pide te conceda el don de Fortaleza, para defender su honra hasta derramar tu sangre contra los enemigos que conspiran contra ella. Si confiesas a Jesús en presencia de los hombres, Él te confesará en presencia de su Padre, que está en los cielos (San Mateo 10, 32).

Aspiración: Tú eres el propio Rey mío, y el Dios mío, que mandas la salud a Jacob. Con tu asistencia ahuyentaremos lejos a nuestros enemigos, y en tu nombre humillaremos con afrenta a cuantos se levanten contra nosotros (Salmo 43, v. 6 y 7). Sin Dios nada puedo. El arco de los fuertes fue vencido, porque en ti Señor, no confiaron: por tanto no fiaré jamás en mi poder, porque mi espada no me salvará (Ibid., v. 8). Yo dije en mi abundancia: no me se moverá un pie jamás (Salmo 29, v. 7 y 9): mi prosperidad me separó de Ti, y al punto, mi Dios, pequé. ¿Qué hubiera sido de mi pobre alma si tu diestra no me favoreciera? Poco menos que en el Infierno estuviera ya; mas tu misericordia me previno con su ayuda porque no me condenara. Rompiste mis prisiones voluntarias, me sacaste de un abismo de miserias; y por remediar mi pobreza Te dignaste ser en este Sacramento propia posesión mía. Por todos estos beneficios te doy infinitas gracias; y humilde Te ruego no permitas me aparte de tu lado, puesto que me has hecho digno de recibirte en mi pecho.

lunes, 31 de marzo de 2025

EXPRESBÍTERO DEVIENE “ASISTENTE PASTORAL” DE SU OTRORA PARROQUIA

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
  

La diócesis de Rotemburgo-Stuttgart (Alemania) ha contratado a un expresbítero lapso y que rompió el celibato como asistente pastoral en una parroquia.

Karl-Martin Steinhauser Grabherr, de 57 años, fue “instalado” presbítero en 2003 a la edad de 36 años. Trabajó durante cuatro años como en Rechberghausen y Schwenningen, y tres años como párroco en la iglesia de San Juan en Dürmentingen, cerca de Riedlingen.

Entonces conoció a Mirette, una mujer copta ortodoxa de Egipto. «Simplemente me enamoré de ella», le dijo a Katholisch.de hoy 31 de Marzo. 

Al mismo tiempo, todavía le gustaba el presbiterado. Una vez, concelebrando en la casa recoleta de la abadía benedictina de Münsterschwarzach, comenzó a llorar durante una eucaristía Novus Ordo porque se dio cuenta de que nunca volvería a “consagrar” las hostias.

Steinhauser rompió su voto de celibato, dejó el presbiterado en 2010 y fue laicizado dos años después. Se casó con Mirette en la misma parroquia, donde ahora trabaja como asistente pastoral. También se convirtió en padre de un hijo, ahora de 10 años.

En cuanto a su salario, la diócesis lo empleó como maestro de religión. Después de 13 años de enseñanza, quería volver al ministerio pastoral.

En el otoño de 2024, la diócesis de Rotemburgo-Stuttgart contrató al presbítero laicizado como “asistente pastoral”. Ahora usa un alba blanco sin estola y está cerca del altar durante los servicios litúrgicos. Algunas personas aún lo llaman “Reverendo”.

El sitio web de los obispones alemanes Katholisch.de solo tiene elogios por la traición del presbítero lapso, que no muestra remordimiento.

La diócesis de Rotemburgo-Stuttgart ha sido dirigida por el obispón Klaus Krämer desde Diciembre de 2024, tras la renuncia del ultramodernista y activista Gebhard Fürst el año anterior.

CUBREN MOSAICOS DE RUPNIK EN LOURDES

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
  

El Santuario de Lourdes (Francia), el 31 de Marzo cubrió los mosaicos del presbítero Marko Iván Rupnik Kaučič, quien es acusado de mala conducta sexual con dos docenas de mujeres dependientes espiritualmente.
   
  
Rupnik fue expulsado de la orden jesuita en 2023 después de negarse a asumir cualquier responsabilidad. Francisco Bergoglio ayudó a Rupnik a ser incardinado en Koper/Capodistria, su diócesis eslovena natal.
   
El obispón de Tarbes y Lourdes, Jean-Marc Micas PSS, explicó la cubierta de los mosaicos en una declaración: «Se tuvo que dar un nuevo paso simbólico para facilitar el acceso a la Basílica a todos aquellos que hoy no pueden cruzar su umbral» (Micas había declarado el santuario como Templo jubilar, junto con la catedral de Tarbes).
   
   
Los mosaicos de Rupnik, infames por sus extraños ojos negros, se pueden encontrar en unas 200 iglesias y capillas de todo el mundo, incluidas las habitaciones privadas de Bergoglio.